Don Omar cerró el espectáculo.
Aton
VIÑA EL MAR.- Murphy atacó con todo a la producción durante las últimas horas del Festival de Viña del Mar. Para finalizar seis jornadas casi sin contratiempos, la última noche estuvo marcada por el retraso de Don Omar y la incertidumbre sobre la realización de su show: el nerviosismo era latente y en Chilevisión se esmeraban por mostrar cada prueba de que el reggaetonero se acercaba a la Quinta Vergara.
No importaba si eso implicaba cortar la transmisión del show en la carpa de prensa para compartir un video de las luces de un avión que supuestamente ya estaba en el aeropuerto de Torquemada, aunque por la mala calidad, podría haber sido cualquier cosa. Pero la desesperación del canal organizador justificaba de cierto modo esa demostración que en otro momento no habría pasado de una idea que no quedaría en nada.
Pero poco de ese nerviosismo se vio sobre el escenario o entre el público. Wisin mostró que los años de carrera lo han ayudado a montar un show con marcado sentido del espectáculo. Lamentablemente, nadie le dijo que podía caer en el exceso y finalmente el ridículo al exagerar su emoción y secarse unas inexistentes lágrimas. O quizás, simplemente no le explicaron que los premios Oscar, incluida la categoría de Mejor Actor, eran hoy y no ayer. Pero al público poco le importó esa desafortunada muestra de falsa emoción: sin llegar a los niveles de euforia logrados con Nicky Jam, gozaron cada minuto de show y ya a los 45 minutos pedían la gaviota.
Fue recién con Ricardo Meruane que el respetable mostró un nivel de inconsistencia emocional que rayaba en la bipolaridad. Porque más allá de la broma que los llevó a pifiarlo y luego pedir gaviota, los espectadores pasaban rápido entre la inicial intención de darle una oportunidad y el hastío con su show. Ya el mayor insulto llegó cuando se mostró el video de backstage de Meruane y el público respondió con un potentísimo "¡NO!" a la mera insinuación de que el humorista podría intentar una nueva revancha en unos años. La Quinta casi se viene abajo al sólo pensar en la idea a pesar de que Meruane ni siquiera estaba sobre el escenario.
Algo parecido, pero a un nivel infinitamente menor vivió Javiera Mena gracias a un reducido grupo que pifió su show, pero ella ni se inmutó con eso ni con el hecho de que mucha gente que claramente había ido a bailar reggaeton corrió a comprar comida. Y era comprensible: las primeras filas, incluidos los jurados, armaron una fiesta con su electropop.
Ya hacia el final de la noche, Don Omar siguió con la fiesta que había comenzado Wisin, pero el público ya estaba más cansado. El baile continuaba, pero ya las revoluciones habían bajado. Tanto así, que el Monstruo no logró chiflar ni siquiera 10 minutos cuando Rafael Araneda y Carolina de Moras avisaron que terminaba esta versión del festival.