SANTIAGO.- Ya son seis Lollapalooza en el cuerpo de los chilenos y parece que fueron seis años los que necesitaron para que recién comenzarán a seguir las recomendaciones para el caluroso festival.
Ello porque, pese a existir aún una audiencia preocupada por figurar con el look, la gran mayoría privilegió ropa y zapatos más cómodos para las 12 horas de música.
Si bien en años anteriores reinaron las coronas de flores, esta vez el accesorio disminuyó en gran cantidad. Lo que indica que las modas no llegan para quedarse, sino que son simplemente eso, una moda. En su gran mayoría fueron reemplazadas por gorros o simplemente por tener al aire libre el cabello.
El mismo accesorio se robó la atención de los hombres, quienes escogieron combinar, en su mayoría, jockeys y shorts con la siempre salvadora musculosa -aunque claramente muchos se olvidaron del bloqueador-, y en algunos casos un llamativo pañuelo verde.
Por su parte, los shorts sobre los muslos nuevamente se impusieron en las mujeres. Quienes, aunque suene raro, ya no lo usaron por simple moda, sino que para enfrentar el calor. Al igual que el calzado, ya que en su mayoría se usaron cómodas zapatillas y algunos botines. Aunque no faltaron aquellas que privilegiaron botas, que claramente no eran de la temporada de verano.
Sin embargo, la prenda que más marcó este 2016 en el Parque O'Higgins fueron las blusas manga larga a cuadrillé, las cuales durante el día figuraron en la cintura de las asistentes, quienes finalmente entendieron que para disfrutar de un festival de música, lo mejor es andar cómoda.