SANTIAGO.- Las numerosas adaptaciones que se han hecho de "Heidi" en cine y televisión, han convertido al personaje creado por Johanna Spyri en un emblema de la cultura popular suiza. A través de la miniserie animada del cineasta japonés Isao Takahata— cofundador de los estudios Ghibli con Hayao Miyazaki— o de la película de 1937 encabezada por Shirley Temple, la traviesa huerfana que vive en las montañas con su abuelo ha pasado a ser "embajadora" de Los Alpes en el extranjero.
La novela publicada a fines del siglo XIX ha sido foco de interés de la industria del entretenimiento,con versiones que suelen abordar el conflicto desde una perspectiva acorde a la de un público más bien infantil. No obstante, el director suizo Alain Gsponer se atrevió a tomar la obra de Spyri para realizar un proyecto mucho más ambicioso en términos de producción y de contenido, y su resultado final es una cinta atractiva tanto para niños como adultos.
Esta nueva versión de "Heidi" llegó este jueves a los cines chilenos después de tener un exitoso paso por las salas de proyección suizas y europeas. Tras su estreno en diciembre pasado, recaudó alrededor de 14 millones de dólares, monto que la convierte en la película suiza más exitosa de su historia. Las ganancias fueron de alrededor de US$ 6 millones, pues su costo fue de US$8,8.
Desde sus inicios la producción se concibió como un proyecto que debía hacer justicia al relato de la autora. Esto no sólo significó la escritura de un guión fiel a la novela, también implicó el fichaje del actor suizo más reconocido en el extranjero: Bruno Ganz.
El artista oriundo de Zúrich es recordado como el ángel Damiel de "Las alas del deseo" (1987), de Wim Wenders, y también como el Hitler de "La caída", de Oliver Hirschbiegel (2004). Su filmografía también incluye "Nesfaeratu" (1979) y "Pan y tulipanes (2000).
Con la debutante Anuk Steffen en el rol de la huérfana, el filme parte con el momento en que Heidi es dejada a la fuerza en la casa de su abuelo por una tía que ya no puede hacerse cargo de ella (Anna Schinz). La menor llega a la propiedad en Los Alpes pese a que el anciano (ermitaño y portador de una mala reputación en el pueblo) no quiere tener ningún tipo de relación con ella.
Tal como en el libro, el filme repasa en su primer tramo la relación que se forja a pulso entre abuelo y nieta. Luego se da paso a la entrañable amistad con Pedro (Quirin Agrippi) y el posterior viaje de Heidi a la ciudad para servir de compañía a una niña de clase acomodada, Clara (Isabelle Ottmann).
A ojos de un niño, la producción muestra la complicada vida de una niña huérfana, pero una audiencia más adulta puede percibir, además, el retrato social de la Europa de aquel entonces, y las notorias diferencias sociales de la misma.
A través de esta adaptación, se puede conocer con detalle la verdadera fábula escrita hace 136 años.