SANTIAGO.- Pasadas las 22:30 horas de este domingo debutó la nueva serie de Chilevisión, "Bala Loca". La apuesta de la señal de Turner generó polémica en los últimos días, luego que el PPD se quejara ante el CNTV por la inclusión de su logo en una escena alusiva a corrupción.
A continuación te contamos cual es el conflicto planteado en el capítulo. Se advierte que este artículo incluye "spoilers".
Todo parte en un supermercado. La periodista Patricia Fuenzalida (Catalina Saavedra) está junto a su hijo Víctor. El quiere que le compre unos audífonos pues cumplió su meta de notas y tiene un 6,8, pero ella le dice que no tiene los 15 mil pesos que cuestan esos accesorios. Eso sí, echa al carro un disco duro externo que cuesta 70 mil pesos y Víctor se queja. Ella simplemente responde que eso es para trabajar, pero él decide robarse los audífonos.
Ya cuando han pasado la caja, un guardia intenta parar a Víctor, pero un grupo de encapuchados entra al lugar para asaltarlo. Justo en el momento de mayor tensión e incertidumbre, hay un salto a dos meses atrás que muestra al verdadero protagonista de la historia.
Se trata de Mauro Murillo (Alejandro Goic), un periodista que a tres años de sufrir un accidente que lo dejó en silla de ruedas, decide volver a sus raíces en el área de la investigación y dejar atrás la farándula. Una especie de epifanía que el profesional tiene después de acudir como invitado a "Primer Plano" para analiza su vida fuera de la televisión, y a cargo de un programa de radio en el cual trata de sumar temas contingentes a una pauta dedicada a los rostros locales.
Uno de sus intentos por sumar "temas serios" al programa radial es una entrevista con "Coco" Aldunate, un empresario dueño de una Isapre y una minera. Pero la conversación no logra un buen resultado, pues Murillo está fuera de práctica y Aldunate le saca en cara la amistad que el periodista mantiene con el parlamentario Tomás Torres Becker (Marcial Tagle). Para empeorar las cosas, el comunicador se entera de que la entrevista fue conseguida por su polola, Valeria (Fernanda Urrejola), algo que lo molesta profundamente. Ella es una mujer joven que trabaja en relaciones públicas, y que ni se inmuta al negar responsabilidades en relaves mineros.
El regreso de Murillo al periodismo de investigación es un camino cuesta arriba. No obstante, lo intenta a través de un medio online independiente, después de diez años dedicado a "reportear" la vida de las celebridades chilenas. Sus viejos compañeros de labores en el diario La Época —un trabajo que lo enfrentó a los poderosos y lo llena tanto de orgullo que atesora recortes de sus más importantes textos— no quieren volver a involucrarse con él en lo laboral. Esto ocurre especialmente con el personaje de Saavedra, Fuenzalida, quien tiene un blog en el que mete en aprietos a los poderosos, y con Gabriela Vuskovic (Trinidad González), a quienes necesita urgentemente para dar credibilidad a su proyecto.
El problema es que Fuenzalida no quiere tener nada que ver con él, pues no le ha perdonado el hecho de que ella le pidió ayuda en un momento y él no lo hizo. Mientras el protagonista lucha por reclutar a su ex colega, se da cuenta que ella está siendo perseguida por una investigación que lleva a cabo —recibe llamadas amenazantes y le roban su computador y archivos—. Además conoce a su hijo, Víctor.
De todos modos, consigue convencer a dos jóvenes periodistas: Andrés Villanueva (Mario Horton), quien tiene habilidades para temas tecnológicos y sabe intervenir conversaciones telefónicas, y Alejandra Mujica (Manuela Oyarzún).
Por otro lado, la serie muestra las dificultades que Murillo tiene en su vida personal. Se pueden tanto los problemas derivados de su discapacidad —ya sea en su vida sexual como en la poca accesibilidad y respeto que hay a temas como estacionamientos reservados— como sus relaciones interpersonales con su pareja, su ex mujer —la editora de economía de un diario vespertino (Aline Kuppenheim)— y su hijo Daniel, un chico de 14 años con el que ha perdido el contacto.
Mientras intenta armar este nuevo medio, se sabe el desenlace del atraco en el supermercado: uno de los delincuentes le dispara a Patricia Fuenzalida y la mata en el lugar. Legalmente, el deceso es catalogado como un daño colateral del robo. Pero Murillo se niega a creer esto y recuerda que la mujer estaba siendo perseguida.
Si bien no es escuchado en sus dudas por el marido de la fallecida reportera, el hijo de Patricia decide confiar en él y le cuenta que en último tiempo ella trabajaba en su computador. Es así como se da cuenta que estaba investigando a las isapres, algo que tenía molesto al poderoso Coco Aldunate.
Es con este material que convence a Vuskovic de trabajar con él para llegar al fondo del asunto, y hacen un importante descubrimiento: el grupo se entera de que el delincuente muerto en el supuesto asalto es parte de una empresa de seguridad privada, que tiene como dueño nada menos que a Aldunate. Y, al mismo tiempo, el público puede ver que la pareja de Murillo tiene una relación que va más allá de lo profesional con el empresario.