SANTIAGO.- Apenas se difundió el primer tráiler de la nueva "Cazafantasmas" ("Ghostbusters"), los fans más puristas de la franquicia se lanzaron a destruirla. Bastaron sólo dos minutos de imágenes para que se iniciara un trolleo masivo en contra del proyecto. Se dijo, por aquel entonces, que no funcionaría con un elenco femenino, que las actrices no son los suficientemente graciosas, y que la producción era racista porque el único personaje afroamericano (el de la actriz Leslie Jones) es un estereotipo. Pero el producto final debería acallar todos esos comentarios, pues el remake de Paul Feig (Bridesmaid) es una acertada re-construcción del entrañable clásico ochentero. Y si bien el guión escrito por el cineasta junto a Katie Dippold ("Parks and Recreation") no es perfecto, está bastante cerca de serlo.
Feig y Dippold — dupla responsable de la comedia "Armadas y peligrosas"— utilizaron las bases de la historia original escrita por Dan Aykroyd y Harold Ramis, pero se atrevieron a apostar por un nuevo conflicto y por nuevos villanos. Como resultado, su versión de Ghostbusters dista de ser una mera copia.
El grupo de expertas en lo paranormal se forma casi por accidente (omitiremos aquí los detalles para no caer en spoilers). En un inicio lo integran la recatada doctora y docente universitaria Erin Gilbert (Kristen Wigg), su apasionada amiga de infancia Abby Yates (Melissa McCarthy) y la desordenada científica experimental Jillian Holtzmann (Kate McKinnon). Luego se les une Patty Tolan (Leslie Jones), una trabajadora del Metro de Nueva York que las conoce en medio de un operativo y se entusiasma con la idea de sumarse al grupo. Aunque no es científica, tiene para ofrecer sus vastos conocimientos sobre la "Gran manzana".
El quinto integrante del equipo es el secretario, Kevin (Chris Hemsworth), un tipo cuya inteligencia es inversamente proporcional a su atractivo físico. El único motivo por el que se queda con el puesto es porque no hay más postulantes y porque es agradable a la vista.
El conflicto al que se enfrentan las cazafantasmas en este remake es ocasionado por Rowan North (Neil Casey), un "rarito" que descubre el modo de ocasionar un apocalipsis en Nueva York con ayuda de fuerzas paranormales y presencias fantasmales. El riesgo que corre la ciudad no es desconocido por su alcalde, Bradley (Andy Garcia), personaje que representa a la clase política mediocre.
La producción incluye cameos de todo el elenco de la película original, con excepción del retirado Rick Moranis (Louis). Dan Aykroyd, Sigourney Weaver y Ernie Hudson tienen breves apariciones (no interpretan a sus antiguos roles), mientras que Bill Murray figura en un par de escenas relevantes dentro del relato. El recuerdo del fallecido Harold Ramis también se hace presente.
Un punto a favor de la película es que responde a sus detractores de forma explícita, pero inteligente. En una escena las protagonistas están viendo el video de uno de sus operativos en YouTube, y al leer los comentarios de los internautas se topan con el siguiente: "Esas perras no van a cazar fantasmas". Y eso no las intimida, sino que ejerce el efecto contrario. Tal como hizo Feig y compañía.
"Cazafantasmas" es una producción que se sostiene por sí sola, y que bien podría agradar a los nostálgicos de la cinta de los ochenta como a las generaciones más jóvenes. Sus protagonistas de mayor trayectoria (McCarthy y Wigg) nuevamente demuestran su talento como comediantes, mientras que Kate McKinnon supo sacar provecho a su papel y se destaca como la revelación del filme. No obstante, sí se hace necesario un mayor desarrollo de los personajes. Posiblemente eso ocurra en la secuela. Porque habrá una nueva versión, lo que queda expuesto al final de los créditos con una importante escena adicional.