SANTIAGO.- "Fue un trabajo de más de un año, casi dos, considerando las primeras exploraciones de archivos de prensa. En estas cosas uno pasa de lanzar una red y ver qué aparece, a realizar búsquedas focalizadas, incorporando nuevas fuentes de archivo de las superintendencias, organismos públicos, el Poder Judicial, etc. Así, uno se va encontrando con distintas personas y empresas cuyos intereses se van cruzando en el tiempo. Y aparecen en funciones muy insospechadas, en relación a lo que hacen ahora".
De esta manera describe el periodista y escritor Carlos Tromben ("Huáscar") lo que significó investigar en profundidad veinte años que fueron clave para la economía de Chile, llenos de turbulencias, desfalcos, privatizaciones y la consolidación de un grupo de figuras que siguen vigentes hasta hoy.
Ahora, todo ese trabajo se puede conocer —o recordar— en las 461 páginas de su libro "Crónica secreta de la economía chilena" (Ediciones B, $ 16.900), que ya se encumbra en las listas de los títulos más vendidos.
Tu libro abarca la evolución de la economía nacional entre 1974 y 1994. ¿Por qué elegiste este periodo?
-Este es el momento de los grandes cambios estructurales de la economía chilena, cuando surgen nuevas empresas y actores. Aparece el "Cuesco Cabrera", el Ladrillo de los Chicago Boys, el descalabro de 1982-83 y luego el programa Chicago 2.0, de Hernán Büchi y su equipo, más realista y pragmático que el anterior. La crónica termina el '94, porque esos primeros años de la democracia son clave para afianzar el modelo y legitimarlo a nivel internacional. Y, por supuesto, se cierran las últimas privatizaciones.
A lo largo de los capítulos se repiten nombres como Carlos Alberto Délano, Carlos Eugenio Lavín, Ricardo Claro, Manuel Cruzat, etc. ¿Cuán hermético es este mundo de los grandes actores económicos?
-Para mí, es muy hermético. Pero como somos un país legalista, el accionar de todos ellos fue quedando plasmado en los archivos, escrituras, minutas de la SVS, las sanciones que aplicó sobre ellos —ya desde mediados de los '80— la Superintendencia de AFP por faltas graves, etc. Por ahí se habla mucho del futuro, de que hay que mirar para adelante. Sí, correcto. Pero mirar hacia atrás ayuda también.
En el libro también comparas al ex Presidente Piñera con Gordon Gekko, el implacable personaje de la película "Wall Street"...
-Ese es el joven Piñera. El ex Presidente es un estadista, pero el joven Piñera es un sujeto ambicioso, dispuesto a saltarse todos los obstáculos (y a veces las reglas) para hacer fortuna, y rápido, tal como el personaje encarnado por Michael Douglas en la película "Wall Street" de Oliver Stone. De hecho, hizo una operación muy parecida a la que aparece en la película, involucrando a la aerolínea Ladeco. Una operación financiera de entrada y salida brillante, y bien maquiavélica.
¿Cuáles fueron los mayores problemas que enfrentaste durante tu investigación?
-Por una parte, los actores de este periodo son reacios a hablar de él, o si lo hacen, tienen memoria selectiva y omiten lo que les pueda incomodar. Lo otro es la magnitud de los archivos y el tiempo que consume leerlos, analizarlos y buscar patrones. Por suerte, hoy la tecnología ayuda y facilita el proceso.
Si pudieras explicarle a un chileno sin mayores conocimientos de economía por qué hoy es importante lo que ocurrió a lo largo de esos 20 años, ¿qué le dirías?
-Que durante ese lapso nacieron las instituciones que hoy marcan su vida como consumidor, como trabajador, como futuro jubilado, para educar a sus hijos y para atenderse en caso de enfermedad, las posibilidades de progreso personal, pero también las amenazas a ese bienestar en la medida en que un grupo relativamente reducido de individuos ha controlado y manejado las cosas.
En ese sentido, ¿te interesaría investigar la evolución de la economía nacional y sus protagonistas entre 1994 y hoy?
-Sin duda, pero sabes... el pasado es impredecible, como decía un historiador ruso de la época soviética. Por el momento me quedaré con el pasado, donde todavía queda mucho por investigar.