SANTIAGO.- En agosto de 2006, el periodista y escritor Francisco Ortega publicó "El número Kaifman", una novela llena de misterios y aventuras vinculados al destino de un supuesto tesoro nazi oculto en el sur de Chile, y dentro de cuya trama también aparecían diferentes conspiraciones internacionales que incluso involucraban al Vaticano.
Un tipo de literatura diferente, viniendo de un autor chileno, pero que despertó el interés de miles de lectores. Probablemente, los mismos que a partir de 2014 ayudaron a convertir a "
Logia" en uno de los libros más vendidos de los últimos años en Chile. Lo que a su vez permitió que Ortega publicara "
El verbo Kaifman" al año siguiente, versión reescrita y extendida de su novela de 2006, que se lee como una precuela de "Logia".
Ahora es el turno de "Andinia. La catedral antártica" (Planeta, $ 16.900), libro con el que Ortega cierra su llamada Trilogía de los Césares y que pone punto final a diez años de trabajo, viajes y horas de investigación. Una nueva aventura protagonizada por el escritor Elías Miele y que comienza precisamente donde terminó "Logia". Un viaje por la historia y geografía de América Latina, detrás de antiguos enigmas y pistas ocultos en diferentes templos y monumentos.
"Logia" lleva vendidas más de 40 mil copias, reinstaló el thriller histórico y sigue en los listados de libros más vendidos de Chile a más de un año de su publicación. ¿De qué manera te cambió la vida este éxito editorial?
-En lo más concreto y frío, me permitió eso que muchos buscamos, que es vivir de lo que nos gusta. En mi caso, de la escritura. Se invirtieron los papeles y ahora son las clases y el periodismo, el pituto, lo que me permitió ganar más tiempo para escribir, lo que se tradujo en que este libro se escribió mucho más rápido que "Logia" ?que fue una trabajo de trasnoche, post pegas?, pudiendo, además, mezclar este proceso con la escritura de dos libros en paralelo: "Max Urdemales" y "Alex Nemo", novela gráfica que sale en 2017; algo imposible si aún tuviera como centro mi labor periodística.
Ahora, en lo concreto, creo que el libro es el responsable de haber demostrado con hechos concretos y tangibles que el género era muy esperado por lectores chilenos. "Logia" fue una suerte de hombre lobo original, desde el cual se desarrolló este despertar de la narrativa histórica chilena. En mi caso y el de Carlos Basso, mezclada con thriller, suspenso y aventuras; en el de Carlos Tromben, con historia pura, igual que con Francisco Aravena y Francisco Schilling; en el de Jorge Baradit, desde la no ficción.
En ese sentido, ¿crees que eso se tradujo en una mayor presión para ti al momento de sentarte a escribir "Andinia"?
-Sí y no. Sí, porque quería terminarlo luego, era una pega de casi diez años, entre investigación y borradores. No, porque lo pasé muy bien escribiendo. Mucho mejor que con "Logia". Acá los personajes ya los tenía, los lugares de la acción también, estaba el mapa. Presión no me dio la editorial ni menos yo, pero sí los lectores, que desde inicios de 2016 preguntaban cuándo.
Como escritor, ¿en qué aspecto sientes que este nuevo libro es diferente de "Logia"?
-En muchos. Continúa donde acaba "Logia", pero es una historia independiente que resuelve un nuevo misterio. Y también cierra puertas que tanto "Logia" como "Kaifman" dejaron abiertas. Creo que es más rápida que "Logia" ?aunque tiene casi 100 páginas más?, hay más sentido del humor, mejores escenas de acción, la idea del viaje y el trayecto acá es física, hay una misión, una búsqueda del tesoro. Acá hay más conspiración que historia. Y también hay un hacerse cargo del género en el que entré. Finalmente, creo que "Logia" es una novela sobre Santiago de Chile y "Andinia" una novela sobre América Latina. Si "Logía" tenía su eje en O´Higgins, acá lo está en San Martín y Bolívar.
¿Y con qué se van a encontrar los lectores de "Andinia", es necesario que hayan leído previamente "Logia" o no?
-Me cuidé harto de eso. Si bien "Andinia" empieza donde acaba "Logia", la novela puede leerse por sí misma, como un todo. Por lo mismo, las referencias a las dos partes anteriores de la trilogía están indicadas con notas o en la misma trama. Básicamente, los que no leyeron "Logia" se van a encontrar con una aventura de conspiraciones y misteriorios históricos y religiosos que recorre América Latina desde México hasta la Patagonia y más allá, donde se despejan incógnitas como de dónde se inspiraron los grupos antisionistas argentinos para inventar la conspiración del Plan Andinia. O cuál es la importancia esotérica de la Virgen de Guadalupe, todo mientras un asesino que marca a sus víctimas con el símbolo de Superman recorre el continente. Los que leyeron "Logia" y "Kaifman" encontrarán la respuesta definitiva a todo lo que quedó abierto en los dos volumenes previos.
Autores como Carlos Basso, Waldo Parra, Jorge Baradit y Carlos Tromben ya preparan nuevos libros sobre la historia chilena, sea como novelas o ensayos. ¿Estamos ante la consolidación de un género literario que durante décadas estuvo olvidado?
-Exactamente. La recuperación de una tradición literaria que quedó truncada, como muchas, en 1973. En Chile se escribió mucha novela de aventura histórica, se embarcaron en ella figuras como Manuel Rojas, Alberto Edwards o Luis Thayer Ojeda, en una época en que no existian tantas calificaciones como hoy y no se hablaba de best seller, sino de libro exitoso.
Esta trilogía te tomó diez años, desde que publicaste "El número Kaifman" (2006) hasta ahora. Imagino que ahora querrás cambiar de tema y de registro. Además, sueles trabajar diferentes proyectos de manera paralela. ¿Hacia dónde van tus nuevos libros?
-Estoy tomando notas para dos proyectos grandes. Uno, es una historia coral de ciencia ficción, ambientada en el año 3014, en el Sistema Solar. Es harta pega porque mi idea es que sea bien hard, a la vieja escuela, muy científica y política, pero claro, considerando de qué manera la raza humana puede evolucionar natural y artificialmente dentro de 1.500 años. Lo otro, es una novela histórica, vinculada al origen de un personaje de la Trilogía de los Césares, ambientada en la primera década del siglo XX. En lo concreto y ya próximo, se vienen dos nuevos libros de Max Urdemales: "Max Urdemales y la Recta Provincia" y "Max Urdemales contra los reptiles iluminatis", y una novela gráfica junto a Gonzalo Martínez llamada "Alex Nemo y la Hermandad del Nautilus".