Aubrey Plaza, Anna Kendrick, Adam Devine y Zac Efron.
20th Century Fox
SANTIAGO.- Hace bastante tiempo que Zac Efron dejó de ser ligado sólo con Troy Bolton, el cantante y bailarín que lo llevó a la fama gracias a la franquicia de Disney "High School Musical". Algo que ha logrado al hacer algunos dramas bastante lacrimógenos como "Más allá del cielo" o "Cuando te encuentre", pero, principalmente, a punta de películas subidas de tono.
Como ejemplo están "Mi abuelo es un peligro" y las dos partes de "Buenos vecinos". Y justamente los guionistas de esas últimas dos cintas, Andrew Jay Cohen y Brendan O'Brien, son los responsables de "Mike y Dave: los buscanovias", la comedia que debuta este jueves en los cines locales
En ella, Efron y Devine interpretan a Dave y Mike Stangle, dos hermanos que se niegan a madurar y que se caracterizan por arruinar cada celebración familiar existente. No importa si se trata de la conmemoración de la Independencia de EE.UU., el aniversario de matrimonio de sus abuelos o la boda de un pariente... el resultado siempre es el mismo.
Es por eso que ad portas del matrimonio de su hermana menor, Jeanie (Sugar Lyn Beard), sus padres y los novios deciden juntarse con ellos para exigir algo para la ceremonia: que lleven chicas decentes como parejas al evento que se realizará nada menos que en Hawai.
Ellos, en su eterna sabiduría, deciden que el mejor modo de conseguir parejas respetables es hacerlo a través de Craiglist, los avisos clasificados de la web, algo que los guionistas aseguran que vieron en la vida real y los inspiró a hacer la película. Obviamente, tal como se puede inferir desde el primer minuto, el plan es un gran fracaso: es popular, pero llegan miles de postulantes para viajar con ellos.
En paralelo, se cuenta la historia de Alice y Tatiana (Anna Kendrick, Aubrey Plaza, respectivamente) dos amigas que no son mucho más maduras que los hermanos Stangle, pero están metidas en mayores problemas que ellos. Son despedidas de su trabajo como camareras debido al problema de Alice con la bebida. Una adicción alimentada por su gran drama: su novio la dejó en el altar y ella no encuentra una manera más adecuada de superarlo que ver el video de lo ocurrido una y otra vez.
Alicia es una chica dulce pero algo emocionalmente dañada con una incapacidad absoluta para mentir de una manera natural, lo cual la hace decir cosas sin sentido alguno. Por su parte, Tatiana es la más ruda y desinhibida del par, pero en el fondo adora a su amiga. Es por eso que decide que deben hacer lo que sea para ser elegidas. Para lograrlo, se comportan como las mujeres perfectas: Alicia se hace pasar por una especialista en bonos y el mercado financiero sin siquiera conocer bien los términos básicos, mientras que Tatiana asegura ser profesora sin tener siquiera el tino de decir frases ubicadas, sino que hace comentarios opuestos a lo recomendado por cualquier educador. Obviamente, los cuatro juntos se potencian de la peor manera posible.
Lo que se debe esperar son chistes e imágenes que pasan por temas como pornografía, masturbación, orgasmos, desnudos y más. Pero quien sea capaz de disfrutar esos chistes sin olvidar que esta es originalmente una comedia para público adulto (en Estados Unidos los menores de 17 años deben asistir con un mayor de edad, mientras que en Chile es apta para jóvenes desde 14 años) también podrá escuchar muy graciosas y hasta inteligentes bromas, además de excelentes citas cinéfilas e incluso hacerse cargo del hecho de que al pensar en una comedia sobre gente que va a bodas es casi obligado pensar en "Los rompebodas".
Lo realmente llamativo e interesante de la película es que tal como ya se vio en "Buenos vecinos", acá las mujeres son los "cerebros" tras los mayores desastres. Son impulsivas, un tanto maquiavélicas y profundamente inmaduras, pero muy queribles. Esto marca una diferencia con el modo en que se suele exponer al género femenino, pues no son villanas ni completamente manipuladoras, sino que hay un punto medio. Y esto —que se ha convertido en una especie de marca registrada de los guionistas Andrew Jay Cohen y Brendan O'Brien— es un avance en términos de igualdad de género (aunque sea en la ficción).
