SANTIAGO.- Los remakes de películas emblemáticas siempre van a estar sujetos a comparaciones, aún cuando sean adaptaciones de antiguas obras literarias, de cómics o de historias de la cultura popular. En la última década se han visto producciones que lograron pasar la prueba, como la nueva versión de "Temple de acero", de los hermanos Coen, o "Soy Leyenda", de Francis Lawrence. La primera dio nuevos aires a la cinta original de Henry Hathaway (1969), mientras que la segunda dejó atrás a sus dos predecesoras: "The Last man on Earth" (1964) de Ragona y Salkow, y "The Omega Man" de Boris Sagal (1971).
No obstante, la tendencia es que las audiencias sean más bien recelosas a este tipo de proyectos, pues se considera innecesario volver a grabar un filme que originalmente tuvo un buen resultado. Y es bajo este prejuicio que debuta el "Ben-Hur" del cineasta ruso Timur Bekmambetov. El director de "Abraham Lincoln: cazador de vampiros" — título que de por sí no le suma muchos puntos al cineasta— asumió el desafío de volver a narrar el clásico de William Wyler protagonizado por Charlton Heston.
Con un presupuesto que sobrepasó los 100 millones de dólares, Bekmambetov se atrevió a recrear la novela de Lew Wallace popularizada en Hollywood en 1959. La alta suma de dinero destinada por Paramount Pictures y Metro Goldwyn Meyer permitió elaborar un atractivo festín visual entorno al malogrado príncipe Judah Ben-Hur tras la traición de su amigo de infancia, el romano Mesala.
El rol del héroe, que por "tradición" se asocia de manera automática a Heston, recayó esta vez en el británico Jack Huston, recordado por su rol como Richard Harrow en la serie "Boardwalk Empire". Su enemigo, por otra parte, es interpretado por Tobey Kebbell (Dr. Doom en el último remake de "Cuatro fantásticos").
Al igual que en la novela decimonónica, la cinta se centra en la venganza de Ben-Hur tras ser entregado como esclavo a los romanos por Mesala, quien echa por tierra su pasado juntos sólo para agradar a Poncio Pilato (Pilou Asbæk). A la vez, en las calles de Jerusalén los romanos prestan atención a la amenaza que constituye el benévolo carpintero Jesús (Rodrigo Santoro).
Tras cinco años de miserias, Ben-Hur parte rumbo a Jerusalén para recuperar a su esposa Esther (Nazanin Boniadi) y conocer el destino de su madre Tirzah (Sofia Black-D'Elia) y hermana Naomi (Ayelet Zurer). El objetivo del protagonista es enfrentar a Mesala siguiendo los juegos de su propia cultura: una carrera de cuadrigas. Todo su plan lo pone en marcha con ayuda del africano experto en esta disciplina, Ilderim (Morgan Freeman).
"Ben-Hur" en su edición 2016 es una película bien lograda en términos estéticos, de efectos visuales y también de guión— fue escrito por John Ridley, responsable de "12 años de esclavitud", junto a Keith R. Clarke, autor de Camino a la libertad—. Pero su debilidad es la dirección de actores. Huston no da lo mejor de sí, y tampoco Kebbell. En una producción en que el resentimiento, la ambición, la venganza y la redención deben ser irradiadas por cada uno de sus personajes, ambos quedan al debe.
Pese a lo anterior, "Ben-Hur" es una cinta que sí vale la pena ver. Es un deleite visual. No obstante, hay que hacerlo dejando de lado el recuerdo del clásico de hace casi 60 años.
A continuación más detalles de los otros estrenos de la semana en "Premiere", de EmolTV.