Alejandro Fernández Almendras junto a Agustín Silva, protagonista de la cinta.
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SAN SEBASTIÁN.- El cine chileno desembarcó en el Festival de San Sebastián con siete películas y un denominador común en algunas de ellas: la inspiración en hechos reales. El certamen exhibe "Neruda" de Pablo Larraín, "Jesús" de Fernando Guzzoni —la cual aborda indirectamente el ataque a Daniel Zamudio— y "Aquí no ha pasado nada", de Alejandro Fernández Almendras, inspirado en el caso judicial de Martín Larraín.
Para el director de la cinta basada en el incidente protagonizado por el hijo del político, su producción nunca buscó ser una "buena película", sinjo que "quiso ser una película verdadera", que muestra cómo "el capitalismo neoliberal en Chile ha producido muchísima maldad".
Almendras— que participó en la Berlinale con "Lo que trae la lluvia" (2007) se quedó con el Gran Premio del Jurado de Sundance por "Matar a un hombre" (2004), certamen en el que también expuso su nuevo proyecto— explicó en España que la Justicia no funciona en Chile, y hay muchos casos de impunidad debido a una clase social que ostenta el poder político y económico y a la que el realizador radiografía en su película.
El caso en el que se basa la película "es una consecuencia lógica de cómo funcionan" las cosas en Chile, asegura Almendras.
Al comenzar a preparar el proyecto, con el que compite en la sección Horizontes Latinos de San Sebastián, el realizador decidió evitar hacer una película clásica sobre la Justicia, de contraposición de los buenos y los malos, y optó por hacer algo más ambiguo.
"No hay culpables ni malvados. No hay buenos y malos. Quería mostrar esa enorme zona gris que existe porque el sistema funciona mal y de la que hay personas que se benefician y otros son perjudicados", precisa.
Una situación muy evidente en Chile, al que califica como un país "muy injusto, muy clasista y con una enorme segregación que genera violencia".
Protagonizada de forma muy convincente por Agustín Silva -hermano del realizador Sebastián Silva-, "Aquí no ha pasado nada" cuenta cómo Vicente conoce a un grupo de jóvenes de su edad, pero de una clase social superior. Se va con ellos de fiesta y durante la noche se produce un accidente del que todos le culpan pese a que es inocente.
Una película, insiste el realizador, que no responde a una necesidad cinematográfica sino a una necesidad de realidad. "La aceptación es mucho más común que la rebelión", asegura Almendras al justificar el comportamiento del protagonista pero de la mayor parte de las personas, que en la vida "somos más serviciales de lo que nos gustaría".
La producción se exhibirá en España pocos días después de que el Consejo de Cultura anunciara que será la carta local para los próximos Goya.
