Imagen del animador de La Red Eduardo de la Iglesia en "Más vale tarde".
Mega
SANTIAGO.- "Dejé de ser niño cuando muere mi madre", dijo el animador de La Red Eduardo de la Iglesia durante el capítulo del miércoles del late show de Mega, "Más vale tarde".
Además de entregar distintos detalles de su vida, como el hecho de que en su familia son siete hermanos de tres matrimonios distintos de su papá, el presentador contó sobre lo difícil que fue lidiar con la muerte de su madre, algo que ocurrió cuando él tenía sólo ocho años.
Según contó, su madre había viajado desde Viña del Mar a Santiago orgullosa de haber aprendido a manejar, pero fue en el regreso que sufrió un accidente y murió. Inicialmente, nadie le decía nada aunque él recuerda haber estado en el colegio esperándola. Cuando empezó a preguntarle a las otras apoderadas no tuvo respuestas. Es más, cree que le dieron a él y a sus hermanos algo para dormir.
Es por eso que no despertó en su casa al otro día: "Despertamos y estaba toda la familia. Mi casa tenía la particularidad de que era una casa muy feliz, mis papás se amaban y siempre fue el centro de reuniones. Empiezo a ver una procesión de tías y escucho que alguien dice 'Despertaron los niños, vayan a buscar a Eduardo'. Entra mi viejo, nos sienta en la cama y nos dice '¿Se acuerdan que les he hablado del tatita Dios?, bueno, la mamá murió y ahora está con Dios'", dijo De la Iglesia y agregó: "Me impactó ver a mi papá llorar y no pude procesar la información". Su mamá tenía 31 años.
El animador, quien se mostró afectado al contar su historia, dijo que a pesar de todo tiene una relación cercana con su madre. De hecho, comentó que he tenido accidentes automovilísticos y ha "sentido su presencia" y que le pidió matrimonio a mi señora frente a su mamá en el cementerio.
Maltrato físico y sicológico
Pero no todo siempre fue tan simple. Para empezar, le daba vergüenza no tener mamá. Este fue un tema que cambió cuando se fue acercando cada vez más a la familia la mujer que había hecho el reemplazo de trabajo de su mamá cuando nació su hermano menor, quien tenía tres meses cuando ella murió".
Sobre ella, contó: "Esta mujer empezó a ir cada vez más a la casa y quizás intentamos suplir esa carencia de mamá con ella y empieza una relación mi papá". Inicialmente, la madrastra era muy simpática, por lo tanto alentaron la relación.
Pero cuando nació el hijo de ambos, Felipe, hubo un cambio en la relación de ella con los demás niños: "Vi mucha división y fue un año muy duro", dijo, y se explayó: "Pasaron cosas muy duras, muy difíciles de violencia física y psicológica durante 10 años".
Ya cuando Eduardo tenía 15 años su papá y su madrastra les contaron que se iban a casar. "Nos juntamos los hermanos y dijimos que no podía permitir que se casaran sin decirle lo que había pasado en esta casa
por 10 años", dijo y explicó sobre la situación: "Es posible que estas cosas pasen y nadie diga nada. Lo que te hace quedarte callado es el miedo. Siempre creí que nos iba a creer y a defender, pero le tenía tal miedo a esta persona que eso me paralizaba. Estábamos amenazados explícitamente para que no le contáramos a nuestro papá".
Pero aprovecharon este momento para contar todo a su progenitor: "Se lo dijimos frente a ella y fue súper duro, porque ahí viene un mea culpa y recriminaciones". A pesar de lo duro y complejo del tema, De la Iglesia cuenta que "Ella asumió esta culpa, confesó abiertamente todo lo que había pasado. Se excusó, argumentó. En ese momento sentí mucha rabia. Vomitamos una cantidad de cosas… en dos horas resumimos 8 años. Después se fue de la casa".
"Hoy lo pienso y pienso que quizás la sobrepasamos, uno a los 11 años hace puras tonteras", dijo a modo de análisis.
Una nueva etapa
Ahí no sólo terminó el maltrato, sino que, cuenta, maduró la relación con su padre y fueron más amigos. Empezaron a conversar temas que antes no hablaban, incluso sobre sexo y drogas.
Estas experiencias familiares lo cambiaron y él se casó muy joven: "Siempre quise tener lo que yo vi entre mis papás, se amaban". Sobre su esposa, Pamela, cuenta que encuentra que su mujer se parece a su mamá, en lo positiva.