Macarena Venegas junto a un grupo de participantes en el programa.
Canal 13
SANTIAGO.- Tras una temporada en 2008 y otra en 2009, este miércoles llega a Canal 13 una versión completamente remozada del programa "Nadie está libre". Pues si en la década pasada eran famosos los que visitaban distintas cárceles para contar las historias de los reclusos, ahora son jóvenes problemáticos quienes llegan a la prisión para vivir en carne propia lo que podría ocurrir con ellos en caso de que no cambien sus vidas. Algo que se muestra mientras sus padres miran atentos cada uno de sus pasos junto a la
conductora del programa, Macarena Venegas.Si bien el programa sufrió un cambio enorme en términos de su formato, el editor de contenidos del Área de realidad de Canal 13, Mariano Gallardo, recuerda que se trata de un tema más de forma que de fondo. "En las dos temporadas pasadas tuvimos temáticas parecidas a esta, nos resultaba atractiva. La génesis era mostrarle al público que nadie está libre de caer a un lugar como este. Tuvimos varios casos de jóvenes que por un error, terminaron presos".
Ahora, la idea es darle un giro al programa: "Queríamos mostrar una manera distinta de ver la cárcel. Ya habíamos mostrado la vida en la cárcel, la vida de los recursos, el trabajo de los funcionarios de Gendarmería. Ahora queríamos mostrar cómo la cárcel podía ayudar a cambiar vidas o a remecer vidas para que se generara un cambio". Y esa es la premisa de esta nueva versión de "Nadie está libre" según Gallardo, quien enfatiza: "Se ve hasta qué punto la cárcel puede remecer vidas hasta cambiarlas y que ese cambio se mantenga en el tiempo, algo que hemos evidenciado".
Este cambio a largo plazo se consigue gracias a que los participantes del programa tienen la posibilidad de optar a apoyo profesional, ya sea a través de una terapia familiar, para dejar las drogas o incluso la oportunidad de estudiar.
Esto, explica Gallardo, a que en el Área de Realidad aspiran a algo que trascienda la búsqueda de buenos resultados de audiencia: "Más allá del rating, a nosotros nos gusta hacer programas que generen cambios tanto en el público como en quienes participan". Algo que, asegura, consiguieron en esta oportunidad.
"Fue más que programa, fue más que eso, porque de verdad sentimos que cambiamos vidas, que ese cambio es real: recibimos llamadas de los papás, de los mismos jóvenes, que nos mandan fotos por WhatsApp. Realizamos seguimiento. Ha sido súper satisfactorio como equipo porque hemos logrado remecerlos y que ese cambio positivo permanezca en el tiempo".
La importancia del "remezón"
Si hay una palabra que Gallardo repite mientras habla del programa es "remezón". Él lo tiene claro y comenta que no es un uso gratuito o injustificado.
"Eso es lo que los papás nos piden, estos papás están completamente desesperados. Tienen vidas al límite, tienen vidas llenas de excesos, que se exponen a que les pase algo a ellos y el temor de estos padres es que sus hijos terminen en la cárcel. Esto es un temor real y que cruza todas las clases sociales", asegura.
Y este factor, explica, es importante, porque las historias a contar no sólo mostrarán a chicos de hogares acomodados, sino de un amplio espectro socioeconómico. "El llamado de estos padres es 'Ayúdenme, porque mi hijo necesita un remezón' y ese remezón, finalmente, es la cárcel".
En cuanto a la efectividad del proceso, Gallardo cuenta que alrededor de un 90% de los participantes estuvo dispuesto a trabajar con un profesional. "Partimos de la base de que nadie cambia su vida por estar un día en la cárcel, pero sí es el puntapié inicial para que ellos entiendan que deben generar un cambio".