Donald Trump (Alec Baldwin) y Hillary Clinton (Kate McKinnon).
NBC
SANTIAGO.- El icónico programa estadounidense de comedia "Saturday Night Live" tiene la tradición de mostrar imitaciones de personalidades políticas como parte de sus imitaciones. Algo que toma especial importancia durante un año de elecciones.
Esta vez, el recurrente invitado del programa, Alec Baldwin, fue el encargado de convertirse en el candidato republicano Donald Trump, mientras que el rol de su contraparte demócrata recayó en la comediante Kate McKinnon ("Cazafantasmas").
¿El resultado? Baldwin "se robó" el programa con su interpretación de Trump. Medios como The Hollywood Reporter, Variety, The Guardian, The Huffington Post, Rolling Stone y otros lo llenaron de elogios por su trabajo, partiendo por su apariencia física y el modo en que habla. Aspectos que fueron acompañados en cada momento por un guión que aprovechó de lleno las características de cada candidato: lo poco fiable que es Trump y lo lejana que es Clinton.
Al iniciar la parodia del debate ocurrido durante la semana, Baldwin dijo: "Nuestros trabajos están huyendo de este país. Se están yendo a México. Se están yendo a Jina", en referencia a la particular pronunciación de ciertas palabras y agregó: "Yo frenaría eso. Si Hillary supera cómo, ya lo habría hecho. Punto. Fin de la historia. Gané el debate, me mantuve tranquilo, me mantuve calmado como prometí y terminó".
Más adelante, Baldwin comentó: "Tengo el mejor temperamento. Ella es la que tiene mal temperamento. Está siempre gritando, está mintiendo constantemente, su pelo es gracioso, su cara es naranja excepto alrededor de los ojos, donde es blanca".
En cuanto a Clinton, McKinnon dijo que las políticas de Trump dañarían a "trabajadores como mi propio padre humano, quien hacía —supongo— cortinas o estampaba cortinas o venía cortinas: uno se sentía identificado con él y se pueden sentir identificados conmigo.
La comediante también comentó: "Escucha Estados Unidos, lo entiendo, me odian. Odian mi voz y odian mi cara. Bueno, acá hay un consejo: si no quieren ver más mi cara, elíjanme como presidente y juro por dios que me voy a encerrar por cuatro años en la oficina Oval y no me van a tener que ver. Pero si no me eligen, voy a seguir postulando para ser presidente hasta el día en que me muera".
