La actriz posa en una alfombra roja.
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SANTIAGO.- A los 29 años, Amanda Seyfried es una actriz que tiene preocupaciones distintas que la gente de su edad, como el temor a tener un accidente en caso de que el gas escape de la cocina o el horno. Es por eso que decidió terminar con cualquier posibilidad de que ocurra un incidente de este tipo y sacó la cocina a gas de la casa de invitados que tiene en su propiedad.
Obviamente, la joven asume que este nivel de preocupación pasa los límites de lo común y admite que este miedo responde al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) del que sufre, un tema del que habló en la revista Allure.
La protagonista de "La chica de la capa roja", contó que se medica para controlar el trastorno. "Tomo Lexapro y jamás lo dejaré de tomar. Lo consumo desde que tenía 19 años, así que van 11 años. Estoy en la dosis más baja", dijo y explicó que no le ve sentido a dejar el remedio: "Ya sea un placebo o no, no quiero arriesgarlo. Y ¿contra qué es la pelea? ¿El estigma de usar una herramienta?"
La actriz continuó refiriéndose al tema de los prejuicios que se enfrentan al tener cualquier enfermedad de este tipo, algo con lo que no está de acuerdo. "Una enfermedad mental es algo que la gente pone a otra categoría (entre otros padecimientos), pero no creo que lo sea. Se debería tomar tan en serio como otras cosas".
Para Seyfried, gran parte del problema tiene que ver con la naturaleza que tiene: "No ves la enfermedad mental. No es una masa. No es un quiste. Pero ahí está. ¿Por qué se debe comprobar? Si se puede tratar, se trata".
Inicialmente, según contó la actriz, pensó que su ansiedad, fruto de su TOC, podía ser generada por tener un tumor cerebral. Es por eso que se hizo una resonancia magnética y fue el neurólogo quien la derivó a un psiquiatra. Esto, ha implicado un cambio en su vida. "En cuanto fui creciendo, los pensamientos y miedos compulsivos han disminuido mucho. El saber que muchos de esos temores no están basados en la realidad realmente ayudan".