SANTIAGO.- El director general, Eduardo Ravanal, y la productora ejecutiva, Mariana Hidalgo, de "¿Y tú qué harías?", tienen clara cuál es la mayor diferencia en el comportamiento de quienes entre quienes participaron en la primera temporada del programa conducido por Amaro Gómez-Pablos y Consuelo Saavedra, versus los que serán vistos en pantalla desde las próximas semanas.
Según explican, durante las grabaciones del espacio que pone a prueba la reacción de ciudadanos comunes y corrientes frente a casos de injusticia, maltrato y discriminación en la vía pública, lo más notorio es el hecho de que se han topado con personas que andan como "contenidas" y que, por eso mismo, aprovechan su posibilidad de arreglar lo que consideran que no está bien. Un elemento que se repitió en las 60 historias que la productora Efe 3 y el área de Telerrealidad de TVN registraron para este ciclo.
Sobre esto, Ravanal, quien trabajó por Efe 3 resume sobre lo que se vive hoy en el país: "Hay como una olla a presión social en el sentido de las personas mostraban mucha emoción contenida", dice y agrega: "Esa emoción se refleja en que el ciudadano común en que reacciona cuando hay injusticia o actos de violencia contra niños y desvalidos, acoso sexual o cosas así".
Por su parte Hidalgo, de TVN, explica: "Hay un país que tiene un malestar bien potente. Pero también una esperanza de que podemos hacer algo para cambiar la situación de la víctima. Todos parten de la desconfianza, pero prefieren intervenir porque sienten que nos tenemos que proteger entre nosotros, que sólo el de al lado te puede ayudar. La crisis de credibilidad en los puestos de poder es bien fuerte y eso la gente lo resiente".
El formato necesita de una representación por parte de actores de situaciones complejas que involucran a gente que se ve inmersa en esto sin su consentimiento inicial, pero el hecho de que ya se conozca el espacio no les jugó en contra, pues no fueron reconocidos ni se generaron otros problemas, algo que temía el equipo. "Cuando nosotros comenzamos, teníamos la idea de que iba a ser más complejo, pero fue al contrario. La gente reconocía el programa y la disposición a poder conversar y dar una opinión era muchas más abierta", dice Ravanal, quien explica que incluso agradecían que se mostraran estas injusticias. "La gente ve al programa como un beneficio", explica Hidalgo sobre esta impresión.
Invitados y cambios técnicos
En la licencia original, se invita a quienes fueron parte de injusticias a analizar situaciones donde se busca replicar lo que les ocurrió a ellos. Pero ahora se decidió a ir más allá: en varias de las grabaciones fueron estas mismas personas, cuyos casos el equipo encontró a través de la prensa, quienes protagonizaron las historias.
Esto ocurre, por ejemplo, con Carolina Pérez, quien tiene problemas de movilidad y necesita de su perro de servicio, algo que molesta a sus vecinos, y también el caso de Roberto Bernachea, un joven que sufrió fuerte bullying escolar por ser homosexual.
Con el fin de que el equipo tras el programa no fuera descubierto, hicieron cambios tecnológicos. Es así como usaron cámaras robóticas parecidas a las de seguridad, además de cámaras portátiles y otras espías que usan las "víctimas" de la historia de manera de que se vea su punto de vista.
Virtual "cambio de mando"
Para Hidalgo, además hubo un importante cambio dentro del equipo del programa durante el período de registro es que coincidió con el desarrollo de "La Vega". Como se trataba de un formato nuevo, a veces significaba que Hidalgo debía estar más atenta a él y el registro del programa desarrollado en conjunto con Fábula TV y conducido por Leo Caprile que se transmite los lunes a las 23:30 horas. Por lo tanto, la editora periodística de "¿Y tú qué harías?", Carolina Alcayaga, debía hacerse cargo de las grabaciones.
Esto implica, según dice Hidalgo, determinar hasta qué punto desarrollar la situación. "Tienes que estar todo el tiempo tomando decisiones, hasta dónde mantienes la acción en el terreno, porque no puedes hacer que las personas lleguen a un punto de no retorno emocionalmente. Es una responsabilidad muy grande", dice Hidalgo.