La película podrá ser vista en Chile por mayores de 14 años.
Sony Pictures.
SANTIAGO.- Desde la época de "Freaks and Geeks", Seth Rogen estableció una estrecha relación laboral y de amistad con James Franco. Juntos han desarrollado varias comedias que se caracterizan por un humor burdo y sarcástico, pero que a la vez es lo suficientemente astuto como para deslizar criticas al estilo de vida de los estadounidenses.
El grupo posteriormente sumó a aus producciones al actor Jonah Hill y al guionista Evan Golberg ("Supercool", "Pineapple express"), con quienes en 2013 grabó "This is the end", en la que se interpretan a sí mismos y se ríen de sus propios defectos.
El equipo ha logrado crear un sello distintivo en todos sus proyectos. Por ello, cuando anunció la realización de una película animada para adultos, "La fiesta de las salchichas" ("Sausage Party"), la prensa y la industria del cine se mostró altamente interesada.
La cinta dirigida por Greg Tiernan ("Thomas y sus amigos") y Conrad Vernon ("Shrek 2") llegará a los cines chilenos este jueves y será apta para mayores de 14 años. Tal como se puede esperar de una idea original de Rogen, Golberg y Hill el proyecto— escrito por los dos primeros junto a Kyle Hunter y Ariel Shaffir— se sostiene en numerosas conversaciones sobre sexo, consumo de drogas, racismo, religión y antisemitismo.
La película es protagonizada por Frank, una salchicha que espera con ansias ser comprada en un supermercado por algún "Dios", es decir, un humano. Tanto él como los demás alimentos de la tienda— incluida su novia, Brenda (un pan de completo), y los amigos que están envasados con él— creen que al atravesar las puertas del negocio llegan a un paraíso de libertad y felicidad.
Pero los sueños de los protagonistas (interpretados en su versión original por Rogen, Hill, Kristen Wiig, James Franco, Edward Norton, Salma Hayek, Paul Rudd, Michael Cera y Bill Hader, entre otros) son echados por tierra cuando Brenda y Frank sufren un "accidente" poco antes de ser pasados por caja. Ese incidente los deja a la deriva, y en el camino de regreso a casa (que no es más que el pasillo destinado a panes y salchichas en el supermercado) se ganan el odio de un enemigo. Además, Frank descubre que no existe un "más allá", y luchará para evitar que él o cualquiera de sus seres queridos sea comprado por un "Dios".
La película incluye numerosos diálogos que cuestionan las creencias cristianas. Además, a través de dos personajes satiriza el conflicto israelí- palestino, y también cede un espacio a roles que representan a los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
Si bien "La fiesta de las salchichas" cuenta con el estilo que caracteriza a las producciones de sus creadores, el resultado final queda al debe. La reiteración de ideas obvias es abusiva y el conflicto central no es lo suficientemente interesante como para mantener en pie los 89 minutos de metraje.
