Las diferentes aristas que ha tomado la carrera de Sting fuera del espectro de The Police son innegables. Su afición por explorar nuevos formatos y ampliar su lenguaje ha sido evidente, sobre todo con la serie de trabajos que siguieron al álbum Sacred love (2003), el último en el que el vocalista y bajista caminó por los senderos del rock/pop más radial y directo antes de dedicarse a una serie de proyectos en los que indagó el formato docto y que entregó interesantes capítulos, como Symphonicities (2010) y su última entrega antes de la llegada de su nuevo trabajo, The last ship (2013). En ambas, exploró las posibilidades de todo su catálogo –antiguo y nuevo– al máximo junto a una orquesta, logrando que la crítica se rindiera a sus pies ante este giro estilístico.
Una década y tres años después, no obstante, el ex The Police decide con su más reciente trabajo, 57TH & 9TH, regresar al terreno que ha visto nacer a sus mejores canciones: el rock/pop de cuidada y elegante factura. Y es que luego de su jornada extensa junto a arreglos para orquesta, lo primero que llama la atención del nuevo disco de Sting es la simpleza, tanto en la forma como en el fondo, de sus canciones. Lejos parecen los conceptos (The last ship, un musical, contó historias de la propia niñez del músico cerca de un astillero en Wallsend) y por sobre estos, lo que se resaltan son canciones como la que inicia este nuevo registro, "I can't stop thinking about you", en las que Sting y su banda de apoyo se preocupan sólo de entregar la mejor canción posible.
La experiencia previa también ayuda a que 57TH & 9TH sea un disco que apuesta por la simpleza, elementos que se asocian de inmediato a la discografía de Sting. Las inflexiones jazz que muestra el músico en la balada "If you can't love me" o la más etérea "Inshallah", que recoge las influencias de la música oriental que Sting ha incorporado a su propio lenguaje. Y en "The empty chair", tema que cierra este trabajo, el formato acústico encuentra al músico en su faceta más cercana al trabajo que venía realizando antes del lanzamiento de este disco.
El "regreso" a las guitarras más fuertes se ubica, entonces, en la primera mitad del disco, con pistas como la mencionada "I can't stop thinking about you", "50.000" –que dedica a los músicos que ya han fallecido como David Bowie y Prince– y particularmente, "Down, down, down", que recuerda a la época en la que Sting lideraba a The Police. La voz del bajista comanda también en "One fine day", otro ejemplo de esta teoría del retorno al rock, que se completa con la canción más potente del trabajo, la pulsante "Petrol head".
Que Gordon Summer haya mencionado que la última finalidad de 57TH & 9TH (que, dicho sea, se refiere a la intersección donde se ubica el estudio en Nueva York donde se registró este álbum) era presentar una buena colección de canciones es, también, una suerte de declaración de principios. Reconocido por su calidad como músico, a Sting siempre le costó representar la figura de un "compositor de canciones" como tal. Por lo mismo es que este nuevo registro muestra algo que muchos pasan por alto: el don del bajista a la hora de presentar un conjunto de temas que puedan sostenerse por sí mismas gracias a su elegancia y calidad. De eso, en 57th & 9th existe de sobra.
Sting / "57TH & 9TH" (Interscope, 2016)
Canciones:
1. I can’t stop thinking about you, 2. 50.000, 3. Down, down, down, 4. One fine day, 5. Pretty young soldier, 6. Petrol head, 7. Heading south on the great north road, 8. If you can’t love me, 9. Inshallah, 10. The empty chair.
Músicos: Sting (voz, piano, bajo, guitarra, percusión), Dominic Miller (guitarra, guitarra de 12 cuerdas), Vinnie Colaiuta (batería), Rhani Krija (percusión), Martin Kierszenbaum (órgano, piano, mellotrón, teclados), Rob Mathes (piano), Lyle Workman (guitarra), Josh Freese (batería).
Producción: Martin Kierszenbaum.