Juan Pablo López es el nombre desconocido que llega al Festival para hacer humor.
Aton
SANTIAGO.- Si en 2017 hay un invitado improbable entre los invitados a Viña del Mar, ese es Juan Pablo López. A los 41 años, lleva apenas tres dedicado al humor, algo en lo que trabaja luego de 16 años como empleado bancario.
"Soy ingeniero y me especialicé en gestión de negocios. Entonces, me preocupaba de los procesos de gestión de la empresa y lideraba equipos de trabajo", dice López de su pasado laboral y agrega: "No me arrepiento de haber estudiado ingeniería, porque creo que me ha servido para lo que soy hoy día como comediante. Al trabajar 16 años en un banco, yo creo que ahí se escriben las mejores rutinas de humor".
"Empecé a hacer talleres de teatro, estudié magia un año, fui DJ, cualquier cosa para olvidarme de la pega"
Juan Pablo López
Y fue justamente este trabajo el que lo derivó a las risas por sobre su trabajo formal con terno y corbata, en un proceso que, cuenta, fue gradual. "Todo esto comenzó porque necesitaba sacar mi estrés laboral. Entonces, empecé a hacer talleres de teatro, estudié magia un año, fui DJ, cualquier cosa para olvidarme de la pega. Ya mi idea no era salir del trabajo, ir a mi casa, dormir y levantarme, quería hacer más cosas".
Fue de la mano de las historias de ficción que llegó al stand up comedy. "Empecé a ser cuentacuentos. Escribía cuentos, los narraba en un restaurant y les metía un poco de humor. Ahí dije, 'yo sirvo para el humor'. Hice el taller de stand up, con Jorge Alís y León Murillo, y me dediqué a trabajar con Murillo". De hecho, ha sido co-libretista de su rutina de Viña del Mar y también la persona que el comediante tenía en su "muela" durante su presentación. En paralelo a esto, comenzó a mostrar sus propios guiones en bares.
"La gente confunde el humor, la alegría, con la inoperancia. Siendo alegre, no significa que soy menos efectivo en el trabajo, pero eso empezó a molestar"
Juan Pablo López
Su doble militancia como banquero de día y comediante de noche, duró al rededor de un año, momento en que lo desvincularon de la institución financiera. "Me despidieron del banco porque me puse muy comediante para mis cosas. Para mí no todo era tan grave. Que la fotocopiadora se echara a perder ya no era tan terrible. Perder una carpeta no significaba tanto. Me tomaba las cosas con mucho humor. En las reuniones mensuales, cuando tenía que presentar estadísticas lo hacía con mucho humor", dice López y explica: "La gente confunde el humor, la alegría, con la inoperancia. Siendo alegre, no significa que soy menos efectivo en el trabajo, pero eso empezó a molestar".
Sobre la reacción de su familia y amigos acerca este inusual y también radical cambio de carreras, explica que no generó mayores problemas. "Por suerte nadie es ingeniero en mi familia y como yo siempre he sido un poco rebelde con todo.... repetí cuatro años en el colegio. Terminé como a los 20 o 21, porque al final me salí del colegio e hice un 2X1. Un día pensé que tenía que estudiar porque lo consideraba importante".
Expectativas para su presentación
"Hoy se da el resultado de un trabajo, que vaya al Festival de Viña y abra la primera noche. Que eso para mí tiene una presión distinta, pero una emoción también al recibir la confianza del canal para que yo abra esa noche. Creo que es una buena noche para mí, es un público que me acomoda bastante, dice sobre los seguidores de Los Fabulosos Cadillacs y Los Auténticos Decadentes que llegarán a la Quinta Vergara para la jornada inaugural.
Sobre su rutina, cuenta que ciertamente se referirá a su anterior trabajo: "Es mi deber reírme de eso por toda la gente que trabaja en bancos y tiene que andar con psiquiatra y tomando pastillas".