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Emilio Sutherland y las críticas a "En su propia trampa": "Me dan risa todos esos Superman de escritorio que me juzgan"

El periodista habló con la revista Sábado sobre los riesgos que implica conducir este tipo de programa y se refirió a los cuestionamientos que ha recibido el controvertido espacio de Canal 13.

31 de Diciembre de 2016 | 10:22 | Emol
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David Alarcón, El Mercurio
SANTIAGO.- Para el periodista Emilio Sutherland existe un antes y un después de conducir "En su propia trampa". Han pasado cinco años desde el debut del espacio de Canal 13 y en este tiempo ha debido enfrentar amenazas, encerronas, intentos de hackeo, e incluso, que envenenaran a sus mascotas. Además, el programa ha sido denunciado y criticado debido a los métodos utilizados para desenmascarar a quienes protagonizan cada capítulo.

En conversación con la revista Sábado (El Mercurio), el reportero respondió a los diversos cuestionamientos que han recibido y se refirió a los costos que ha significado ser el rostro visible de esta producción.

El espacio muestra, a través de cámaras ocultas, cómo actúan ladrones, falsos doctores, psíquicos mentirosos y estafadores de ancianos, entre otros. Es precisamente este mecanismo el que ha sido blanco de fuertes críticas.

Sutherland cree que cuestionar este método "va contra los tiempos". "Muchas veces no hay forma de denunciar a un tipo si no es con la cámara oculta. Sí creo que tiene que ser el último recurso antes de denunciar a alguien. Es absurdo pensar que vas a denunciar a un narcotraficante o pedófilo sin cámara oculta", asevera el periodista.

"En el caso de 'En su propia trampa', la cámara oculta es la base de nuestro trabajo. Creo que no hay ningún problema en usarla, como se hace prácticamente en todos los países del mundo, si es para descubrir una sinvergüenzura, algo que le afecte a la gente. Es impensable no utilizar una cámara oculta para mostrar un robo a unos abuelitos, una estafa", añade.


Además, asegura que detrás de cada capítulo "hay un trabajo de investigación periodística, súper riguroso, aunque a veces se mire a huevo. Los tipos que denunciamos, tenemos la certeza absoluta de que han cometido delitos o engañan a la gente. Si no tenemos dos o tres denuncias concretas, no se hace".

Otra de las críticas recurrentes que recibe "En su propia trampa" es que quienes son denunciados suelen ser "peces chicos". Sutherland afirma que este es uno de los cuestionamientos que más le molesta: "Para los peces grandes está "Contacto", donde estuvo Lavandero, Fra Fra, el Ejército, Carabineros. Me empelota esa pregunta, pero me siento súper contento de denunciar a estos 'peces chicos' porque hacen mucho daño al común de la gente".

"Colegas a veces me dicen '¿Y por qué no investigas esto?'. Y yo les respondo 'compadre, ¿por qué no lo haces tú?'".

Emilio Sutherland

"Me dan risa todos esos Superman de escritorio que me juzgan por los 'peces chicos', que por qué no me voy contra las AFP y las Isapres. Yo les digo que me den un dato. Hay mucha gente que tiene un discurso aprendido desde la rabia. Y lo comprendo, porque soy uno de los indignados de cómo nos engañan las AFP, pero no tienen claro qué quieren denunciar", añade el comunicador

Sutherland cuenta que muchas veces estas críticas vienen de parte de otros periodistas: "Colegas a veces me dicen: '¿Y por qué no investigas esto?'. Y yo les respondo: 'Compadre, ¿por qué no lo haces tú?'".

Los riesgos de ser el "Tío Emilio"


Pero no sólo a cuestionamientos ha estado expuesto el periodista desde que comenzó con "En su propia trampa", sino que también ha amenazas y hechos más concretos que lo han puesto en peligro.

Hace dos años, a las cinco de la tarde, el conductor caminaba por el Paseo Ahumada, casi llegando a la Alameda, cuando sintió que seis tipos, de unos 30 años, lo estaban persiguiendo. Se acercaron hasta que lo acorralaron contra una pared. Él los miraba tratando de recordar en qué capítulo los había denunciado, pero no logró identificarlos.

"Tú sabes si te quieren insultar o te quieren pegar. Y querían pegarme. Me arrinconaron contra una muralla y empezaron a rodearme. Conozco un poco la psicología de estos tipos: no bajé el moño y si ellos me decían un garabato, yo les decía dos de vuelta", declara Sutherland.

"Si demuestras miedo, los tipos se suben arriba del piano. Ellos se contenían, porque yo les respondía con toda la jerga que he aprendido, el coa. Llamó tanto la atención, que se juntaron como 30 personas a mirar. Cuando estaban a tiro de cañón para agredirme, comenzó la gente a decir: 'Qué se creen, flaites tal por cual'. A uno de ellos le llegó una chuleta. Se dieron cuenta de que estaban rodeados y ahí estuve a tres segundos de que me pegaran", agrega el periodista, quien tras este hecho puso una denuncia en el Ministerio Público, lo que significó que le asignaran protección policial.

El conductor cuenta que sus cercanos también han sido víctimas de amenazas: "Un día mi hijo recibió un llamado y luego me mandó un mensaje: 'Papá, un día de estos por culpa tuya nos van a matar a nosotros'".

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