VIÑA DE MAR.- Para quienes trabajan en el Festival internacional de la canción de Viña del Mar, hay una serie de datos que los motivan a dedicarse durante todo el año a un evento de esta magnitud. Particularmente el hecho de que el evento viñamarino es único en el mundo debido a la cantidad de días y duración de la transmisión de horas en vivo. "Esto sólo se logra trabajando con un equipo, profesional, riguroso y leal", dice al respecto el coordinador técnico Cristián Mena, y agrega: "Esas cualidades son las que distingue a las personas que logran levantar este gran proyecto".
Cuando Mena habla de "gran proyecto", no es en tono figurativo solamente, ya que las cifras tras Viña, en especial su escenografía, son impresionantes. Para partir, tiene más de 1.100 metros cuadrados de pantallas led. Estas pantallas abarcan el escenario y también parte del anfiteatro que rodean a parte del público en platea. Se trata de más de 8.3 millones de pixeles que emitirán gráficas especialmente preparadas.
En cuanto a la iluminación, hay alrededor de 700 focos, muchos de ellos de última generación, incluyendo tecnología led. Esto implica un avance en el consumo de energía, pues los equipos son más eficientes. Una línea de trabajo de cuatro consolas en línea aseguran el correcto funcionamiento de este equipamiento.
"Se llevará a los televidentes como si estuviesen viviendo el show con el público en la Quinta"
Cristián Mena
Las imágenes serán registradas por 17 cámaras conectadas a unos de los móviles más modernos de Latinoamérica, y también hay otras novedades. "Se llevará a los televidentes como si estuviesen viviendo el show con el público en la Quinta. Contamos con dos plumas que son las más largas del mercado. En una de ellas se ha hecho una gran inversión para poder incluir sensores que complementarán el trabajo que se ha venido haciendo lo últimos años con gráficas virtuales que acompañarán los shows. Esto es primera que vez que se hace en Chile", asegura.
Del mismo modo, el sonido es fundamental, por lo tanto Chilevisión trabaja cada detalle desde la coordinación hasta el equipamiento para los artistas, algo que requiere de meses de planificación. "Hoy más de 15 consolas en línea trabajan todas las áreas de la cadena de audio que comprende el sonido para sala (anfiteatro), monitores (para el artista) y broadcast para el resultado al aire, todo esto sigue un protocolo de funcionamiento con profesionales responsables de cada área. Además de la empresa nacional que da apoyo en este servicio, trabaja un equipo de ocho personas Gabisom de Brasil, empresa a cargo de Rock in Rio y de múltiples conciertos a nivel mundial.
Mena explica que el festival es un proyecto que se trabaja técnicamente durante todo el año, pero uno de los puntos de inflexión es desde que se empieza a tener el bosquejo de la escenografía a partir de junio. "Desde ese minuto es cuando parte mi trabajo en conjunto a producción general, a cargo de Carla Ruz, para poder interpretar las necesidades de nuestro director general, Álex Hernández. Esto da pie a la preproducción que comprende la evaluación del proyecto, la negociación con los proveedores, la factibilidad técnica entre otras variables".
Con respecto al montaje, los trabajos en la Quinta empiezan desde fines de diciembre en forma esporádica, hasta llegar a la segunda semana de enero, cuando parte del equipo de producción se instala a vivir en Viña del Mar a supervisar el montaje escenográfico. Más de 40 días dura el montaje hasta llegar al primer de los cuatro ensayos generales que se realizan antes de la primera noche de transmisión.
La gran novedad y un clásico cálculo
El coordinador técnico cuenta que el "gran chiche" del escenario este año es la esfera central de cinco metros de diámetro que en una cara tendrá pantalla led y en la otra iluminación. "Es un elemento tecnológico innovador y de alta complejidad que llevó meses desde su diseño hasta las respectivas pruebas del sistema, ya que esta podrá subir, bajar y rotar con motores inteligentes que son manejados desde un software para asegurar los movimientos rápidos y exactos que requiere cada escena solicitada por dirección."
Finalmente, Mena se refiere a un clásico sobre los miles de metros de cables de todas las áreas que se distribuyen por toda la Quinta Vergara. "No es un mito que si los juntáramos todos, a lo menos podríamos recorrer de ida y vuelta el tramo entre Santiago y Viña del Mar".
