SANTIAGO.- Lo que comenzó en 2013 con "El conjuro", sigue expandiéndose en una franquicia que Warner Bros. busca explotar con un universo cinematográfico compartido, similar al de los superhéroes de Marvel y DC Comics.
Por lo mismo, y tras dos entregas añadidas a la saga de terror, el estudio se aventuró en los orígenes de la diabólica muñeca Annabelle, a la que el público conoció brevemente en la primera entrega y un poco más de lleno en una producción en solitario el año 2014 ("Annabelle").
Repitiendo la misma fórmula, con elementos del suspenso y el horror que han caracterizado a estos filmes, debuta hoy en los cines "Annabelle 2: La creación" (2017), la cuarta parte de la franquicia y que cronológicamente viene a ser la primera en la historia.
La historia comienza en los años 50, cuando la familia Mullins sufre una tragedia: la muerte de la pequeña "Bee" (Samara Lee). Doce años más tarde, la casa que algún día fue el hogar del apacible clan, recibe a un grupo de huérfanas encargadas por una monja, la hermana Charlotte (Stephanie Sigman).
Las niñas se sorprenden con su nuevo hogar, incluidas Janice (Talitha Bateman) y Linda (Lulu Wilson), dos amigas que buscan ser adoptadas juntas.
Adentrándose más en el hogar, las protagonistas —especialmente Janice— comienza a percibir una extraña presencia, específicamente en una habitación que está bajo llave. Sin embargo, de igual manera logra entrar a ella, encontrándose con la vieja pieza de la fallecida "Bee". Pero la presencia demoníaca sólo se justifica cuando da con una muñeca (Annabelle) encerrada en un clóset.
De esa manera se libera el demonio que aterroriza a toda la casa, dando cuenta de una verdad oculta que involucra a los Mullins y a su pasado, y que afecta directamente a Janice en el camino.
La búsqueda por un universo coherente y extenso es un logro que se aplaude para la franquicia que busca armar Warner Bros., ya que —como en las otras entregas— los guiños o easter eggs generan interés y, por sobre todo, entretención.
Pese a que esta cinta, dirigida por David F. Sandberg ("Cuando las luces se apagan"), recurre a las mismas técnicas del terror de sus antecesoras, acierta con el principal objetivo de este tipo de películas: asustar, aunque sea predecible.
No hay que dejar de lado las notables actuaciones de las niñas. Talitha Bateman deslumbra con sus aptitudes, al igual que su compañera de reparto, Lulu Wilson. Por otro lado, los adultos pasan a otro plano, tomando en cuenta a figuras como Miranda Otto ("El Señor de los Anillos") y Anthony LaPaglia ("Without a Trace"), quienes tienen casi meros cameos en la producción.
"Annabelle 2: La creación" no será la última entrega del universo de "El conjuro". El estudio trabaja en la postproducción de "The Nun", basada en un personaje de "El conjuro 2" (2016), mientras que ya se confirmaron otras dos entregas relacionadas a los casos del matrimonio Warren.