SANTIAGO.- Más canoso que rubio, con un poco más de arrugas, pero presentándose dignamente en el escenario entre saltos y bailes, Jon Bon Jovi y compañía rindieron por quinta vez un espectáculo en nuestro país que dejó más que contento al fanático que sólo espera escuchar y ver por poco más de dos horas a sus ídolos en el escenario.
Ocurrió así. Con un Monumental casi lleno y con los primeros puestos de la cancha repletos de seguidores que corearon la mayoría de sus canciones, la banda de Nueva Jersey trajo una batería de 25 temas cargados a su repertorio más clásico. Apostando por lo seguro, los músicos se pasearon por éxitos ochenteros y noventeros, haciendo sólo una pincelada por su más reciente trabajo de estudio editado en noviembre del año pasado.
Con la banda chilena Temple Agents como teloneros, las luces de la casa de Colo Colo se apagaron dos minutos antes de las 21:00 horas para dar protagonismo a la pantalla principal del escenario que anunciaba la llegada de los estadounidenses.
Bon Jovi abrió su presentación con el tema que le da nombre a su nuevo disco y gira, "This House Is Not For Sale". Le siguió "Raise Your Hands" y luego "Knockout", esta última también un nuevo corte de su reciente material.
"Buenas noches, Santiago. Está un poco helado. Es bueno verlos. Ha pasado un buen tiempo", fueron las primeras palabras de Jon Bon Jovi, la figura de la noche que esta vez contó con la compañía de un siempre sonriente Tico Torres en la batería, con quien desplegó junto al resto de los músicos cosas conocidas como "You Give Love A Bad Name", "Born To Be My Baby", "Bed Of Roses", "Runaway", "It's My Life", entre otras.
Mucha energía en un recinto que congregó a seguidores de todas las edades, desde niños hasta personas de la tercera edad, y que disfrutaron del cargamento de hits pese a que la voz de su líder a ratos mostraba signos de agotamiento, buscando en más de una oportunidad apoyo en el resto de los seis músicos en escena para no forzarla demasiado.
Momentos cúlmines con "Wanted Dead Or Alive" y "Bad Medicine", coreadas desde todos los rincones del Monumental antes de abandonar escena por unos pocos minutos para luego retornar con "Livin' On A Prayer" y cerrar con "Keep The Faith" en medio de un riff eterno de Phil X —el guitarrista que tomó la posta de Richie Sambora—, y la ovación de los asistentes.
Llevándose al público en el bolsillo en su primera fecha por Sudamérica, a Bon Jovi se le perdonó que en esta pasada por Chile omitiera — poner un sólo un ejemplo—"Always", una de sus más grandes baladas. También su poca capacidad para llegar a los tonos más altos de varias de sus composiciones, pero que supo compensar con un sencillo pero extenso show, calidad sonora y carisma.