Taron Egerton vuelve a interpretar al agente Galahad.
Twentieth Century Fox
SANTIAGO.- Con una mirada fresca y parcialmente enfocada en el humor, Matthew Vaughn ("X-Men: Primera generación") deslumbró en 2014 con "Kingsman: El servicio secreto". Con referencias cómicas a la figura del espía británico —estampado con la franquicia de James Bond— y un despliegue fascinante de efectos visuales, la producción protagonizada por Colin Firth ("El discurso del rey") y Taron Egerton ("Volando alto") encantó al público y a la crítica, y se ganó su segunda entrega.
Tres años más tarde, el mismo director trae la esperada secuela "Kingsman: El círculo dorado", filme que amplía el universo de estos agentes independientes que salvan el mundo de absurdos villanos con planes tan ingenuos, como devastadores.
Con la muerte de Harry (Firth), "Eggsy" (Egerton) se convierte en el nuevo Galahad de la agencia. Sin embargo, los actos de la primera entrega siguen atormentando al joven espía. Con una mejorada vida, el protagonista continúa como uno de los destacados del servicio secreto, y a esto se suma su relación con la prrincesa de Suecia, Tilde (Hanna Alström).
El status quo es fracturado cuando un viejo aspirante de los Kingsman, Charlie Hesketh (Edward Holcroft) busca venganza de la mano de una extravagante y desconocida narcotraficante llamada Poppy Adams, interpretada por la genial Julianne Moore ("Siempre Alice").
Tras verse mermados como organización, "Eggsy" y el fiel Merlín (Mark Strong) llegan a su par de espionaje independiente en Estados Unidos, la agencia Stateman, que a diferencia de los británicos —que tienen una tapadera en una sastrería—, sus instalaciones son cubiertas por una fábrica de whiskey.
Con la ayuda de los agentes Whiskey (Pedro Pascal), Tequila (Channing Tatum), Ginger Ale (Halle Berry) y Champagne (Jeff Bridges), los ingleses deberán detener a Poppy de un plan que involucra una enfermedad producto de drogas recreativas y una cura a la que sólo ella tiene acceso.
Repitiendo un montaje llamativo y el humor negro que caracterizó a su antecesora, "El círculo dorado" tiene un problema que no se solucionó: la extensión de una trama que podía ser más simple y menos ambiciosa.
Si las apariciones de grandes actores como Firth, Moore, Jeff Bridges, Halle Berry, Michael Gambon —y un extenso cameo del cantante Elton John— favorecen a la digestión de la película, pero los 141 minutos de duración la estancan.
Si todos los aplausos se lo lleva la carismática Julianne Moore, también van para el intérprete de "Candle in the Wind". En "El servicio secreto" fue el turno de Mark Hamill ("Star Wars"), y ahora el de esta otra figura pop que aporta en su totalidad en comedia, incluso riéndose de él mismo.
"Kingsman: El círculo dorado" se estrena este jueves en las salas locales.