SANTIAGO.- Familiarizado con el género, Dean Devlin ("Stargate, puerta a las estrellas") al parecer se impregnó lo suficiente para jugársela por su propia película sobre desastres naturales. Productor de películas insignes como "Día de la Independencia" (1996") y "Godzilla" (1996), el estadounidense estrena
"Geo-tormenta" ("Geostorm", 2017), una ambiciosa cinta que se queda floja de ideas.
Con un elenco tan llamativo como extraño, la producción se ambienta en un futuro no tan lejano, cuando la humanidad -a la fuerza- ha tenido que manipular el clima, ya que producto del calentamiento global los fenómenos meteorológicos estaban diezmando al globo.
Por lo mismo, un grupo de científicos y especialistas instalaron en la Estación Espacial Internacional un avanzado mecanismo que evita desastres en distintas partes de la Tierra. 17 países fueron parte de esta creación, incluido (obviamente) Estados Unidos.
La cabeza de este proyecto es Jake Lawson (Gerard Butler), un hombre temperamental que es desvinculado de su propia iniciativa, a la que llaman El Pequeño Héroe Holandés. Sin embargo, tres años más tarde, es reclutado por su propio hermano, Max (Jim Sturgess), para que viaje a la estación a chequear unas posibles fallas que ha tenido el mecanismo y que ha provocado incidentes aislados en el planeta, como una aldea congelada en medio del desierto afgano o una ola de calor que acabó con una parte de la ciudad de Honk Kong.
Como es de esperar, las falencias que tiene no son producto de la tecnología, sino que de la propia mano del hombre. En el trasfondo se esconde una conspiración -muy de la era Trump- para "vivir en un mundo sin enemigos" en lo que fue "Estados Unidos de América" tras la Segunda Guerra Mundial. Para esto, El Pequeño Héroe Holandés desata un caos meteorológico en la Tierra, amenazando con formar un geo-tormenta, es decir, una serie de potentes fenómenos simultáneos.
Pese a que "Geo-tormenta" es más de lo mismo, se valora ese toque de originalidad que le da el desbordante mecanismo que controla el clima, una idea que parece imposible hoy en día.
Con nombres como Andy Garcia ("El padrino III") y Ed Harris ("Las horas"), la producción no logra salir a flote en sus primeros minutos. La última media hora, que se llena de acción y escenarios más apocalípticos, es parte de lo rescatable del filme, ya que incluso logra un momento emotivo que cae en lo cursi, pero conmueve.
Si una vez más el discurso de que llegó la hora de la Tierra y de cómo el humano ha sido responsable de esto, pero a la vez se auto boicotean, no es más que un recurso repetido sumado a un show de espectaculares efectos visuales.