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"Tala": Una crítica al arte vacío y la experiencia de ver una obra teatral de cuatro horas

Krystian Luppa presenta en el Teatro Municipal una adaptación del libro homónimo de Thomas Bernhard, que fue un demoledor juicio contra el mundo artístico de Viena en 1984 y hace sentido aún en el Chile de hoy.

18 de Enero de 2018 | 18:22 | Por Constanza Troncoso M., Emol.
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©Natalia Kabanow
SANTIAGO.- El montaje polaco "Tala" (Holzfällen en alemán), destacó desde un primer momento dentro de la programación del Festival Santiago a Mil 2018. En primer lugar, por ser dirigido por Krystian Lupa, una suerte de leyenda viviente del teatro que con más de 40 años de trayectoria se posiciona como uno de los directores más destacados del panorama teatral europeo. Y luego, por ser la obra más larga en cartelera: su duración es de 4 horas más 20 minutos de intermedio.

En la práctica la obra se extendió por casi cuarenta minutos más de lo estimado, lo que por poco la convierte en la obra más extensa jamás presentada en Fitam; récord que hoy por hoy ostenta la obra "2666", adaptación de 5 horas de la novela de Roberto Bolaño que llegó en 2008. Otros montajes extensos que han sido parte del festival son "Los Náufragos de la Loca esperanza" (4 horas, en 2011) y la también otra obra de Lupa, "Persona Marilyn" (3 horas, en 2011).

En "Tala" una decena de amigos, todos pertenecientes a las élites culturales, se reúnen en la casa de 'los Ausberger' a recordar a una compañera bailarina y actriz que recientemente se ha suicidado. Estos encuentros llevan por nombre “cenas artísticas” y en la conversación los personajes hablan constantemente de sí mismos y de sus trayectorias, dejando en evidencia la inmensidad de sus egos. También abundan las recomendaciones culturales con frases como “definitivamente tienes que ver esta obra”.

El montaje está basado en el libro homónimo de Thomas Bernhard, que fue una audaz crítica contra el mundo artístico de Viena en 1984. Es curioso que en un contexto tan distinto como el chileno, a más de tres décadas, haga igual o más sentido que en la época en que fue escrito originalmente.

La obra transcurre entre el humor y el drama.Con ironía se nos presentan diálogos pretenciosos que ridiculizan hasta la risa. Entre broma y broma, la obra habla de cómo los artistas, cuando logran cierto status, traicionan sus ideales y comienzan a producir arte vacío.


Hay discordia entre los artistas jóvenes y los de antaño, quienes se menosprecian mutuamente. También entre los que provienen del mundo académico y los que no. La discusión sobre la mesa bien podría darse en una tertulia en el Bellas Artes de Santiago y eso sin duda, habla de lo imperecedero de la obra de Bernhard.

Es destacable el impecable uso de los elementos sobre la escena, desde una gran pantalla donde muestran flashbacks; la plataforma móvil que nos lleva de una locación a otra; hasta el humo de los cigarros de los artistas que se acumula dando una atmósfera etérea para la aparición de la amiga muerta, quien camina entre medio del público.

Decir que "Tala" se hace corta sería una mentira. La obra propone una gran cantidad de discusiones acerca de la misión de los artistas en la sociedad, cuestión que se plantea en el teatro con cierta regularidad y con gran éxito (en Chile un argumento similar sostiene la obra "La dictadura de lo cool" de la compañía la Re-sentida). Pero que al mismo tiempo significan una contradicción en sí mismas; el teatro, en esta oportunidad, plantea un debate que solo funciona a cabalidad para quienes pertenecen a las esferas culturales.

Nuevamente los artistas crean para ellos mismos, se encierran en su propia burbuja, se critican y hasta se ríen de sí mismos. Pero en esa acción, van dejando de lado el espíritu contestatario del teatro que reprocha el sistema y que logra conectar con el público popular.


Consultada por Emol sobre los espectáculos imperdibles de esta edición de Fitam la directora de programación Carmen Romero dijo que "Tala" sería un montaje "que quedaría para siempre en la memoria de quienes aman el teatro" y se puede confirmar que así será, puesto que difícilmente levantará el interés de quienes no frecuentan los ambientes culturales.

La obra se presentará por última vez hoy y mañana, a las 19:00 horas en el Teatro Municipal de Santiago. Los precios van de los $9.000 a los $42.000.
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