"Desnudo de mujer de rodillas", de 1910.
EFE
SANTIAGO.- En octubre de 2018 se cumplirán exactos cien años de la muerte del expresionista vienés Egon Schiele (1890-1918), discípulo de Gustav Klimt y cuya obra se hizo famosa por retratar cuerpos desnudos, al punto de llegar a ser censurado en algunos países de Europa. "La obra de arte erótica también tiene santidad", había escrito Schiele, muerto en Austria a los 28 años, en defensa de lo que había pintado y dibujado en su carrera.
Para festejar el centenario del fin de
siècle vienés, también conocido como secesión, en la capital austríaca se han organizado exposiciones por toda la ciudad con las pinturas de Schiele, campaña que se ha extendido por otras naciones del Viejo Continente, a excepción de
dos países que se negaron a mostrar el trabajo del artista: Gran Bretaña y Alemania.
Las autoridades expresaron su rechazo a exponer los famosos desnudos de Egon Schiele en vallas publicitarias y en paredes completas de los principales edificios, alegando que la obra del pintor es "pornográfica", debido a que "no es ético mostrar genitales públicamente".
En su tiempo, Schiele también fue un incomprendido. Su arte fue considerado obsceno y le significó pasar tres semanas encarcelado. Y el tema sigue hasta hoy, en pleno siglo XXI, cuando su trabajo sigue siendo objeto de controversia, al punto ser censurado.
Esto, no obstante, no ha sido problema para la
Oficina de Turismo de Viena, la que sigue adelante con su iniciativa para conmemorar el legado del alumno de Klimt. Claro que las ciudades británicas y alemanas se las han ingeniado para no quedarse atrás con la celebración. Por ello es que decidieron
poner una banda que cubre los genitales en la que se lee la frase
"Lo siento, 100 años pero demasiado atrevido para hoy", junto al hashtag
#AlArteSuLibertad.
Así es como las polémicas imágenes de Schiele pueden circular por buses londinenses o en las calles de Berlín. Eso sí, las críticas a la decisión de las autoridades también se han hecho sentir, principalmente de usuarios de Twitter que han calificado la medida de censura de "ridícula" y "puritana".
