SANTIAGO.- Aunque intentó poner su mejor cara frente a la cámara cuando le tocó degustar comida atípica para cualquier chileno, Amaro Gómez-Pablos no pudo evitar sentir algo de asco en algunas ocasiones mientras grababa un nuevo programa gastronómico. Sumando y restando, la experiencia fue única para él. Le mira el lado bueno a pesar de comer delicatessen que para otros pueden resultar derechamente algo aberrante. "Me encantó y lo pasé bien. Empecé flaco y terminé con unos seis kilos de más, pero muy bien. Como las buenas comidas, había segunda y tercera repetición", resume el periodista.
Todas esas experiencias para su paladar quedaron registradas y conforman los 12 capítulos de "Selección Internacional", espacio que debuta el sábado 10 de marzo a las 18:30 horas por Mega, donde mezcla cocina y aventura factores que, según dice el empresario de churros, lo diferencia de otros programas de culinarios. Perú, Ecuador, Brasil y Colombia fueron los destinos de Sudamérica que recorrió en cuatro meses y en su periplo devoró de todo: desde ceviche hasta gusanos.
En el primer episodio, se verá a Amaro en Río de Janeiro, ciudad en la que conoció los secretos culinarios de Vidigal, una favela pacificada donde se encuentran "algunas de las mejores picadas de Brasil" y con "unos miradores increíbles".
Estando en la selva ecuatoriana, Gómez-Pablos se la jugó probando un plato típico de la Amazonía, apetecido por turistas y nativos. "Las comunidades indígenas en la parte del Ecuador te ofrecen lo que se llama chontacuros, que son unos gusanos grandes, blancos, fofos, espantosos de apariencia y que a nosotros nos repelan porque no está en nuestra cultura comerlos, pero yo le grababa videos a mis hijos mostrándoles cómo los niños los comían en un anticucho como si fueran caramelos", cuenta a Emol.
Chontacuros, los gusamos que Amaro Gómez-Pablos comió en la selva ecuatoriana / Crédito imagen: Amaro Gómez-Pablos.
"El anfitrión es un indígena y que te está ofreciendo estos chontacuros que los acaba de sacar de un árbol en estado de putrefacción donde los crían y tienes que comértelos frente a él poniendo la actitud y el aplomo, siendo decoroso, pero interiormente, con náuseas, arcadas. Eres incapaz de morderlos y sientes cómo sigue por tu tracto digestivo moviéndose. Duro", describe el periodista.
La experiencia degustando bichos también la vivió en Colombia. Allí conoció las hormigas culonas que "provienen de la selva y son unas hormigas grandes, con un sabor crocante y no son desagradables ni de sabor ni de textura, pero son un poco secas y te quedas un poco atragantado. Pero es divertido".
- Tu experiencia se parece un poco a la Bear Grylls, del programa "A prueba de todo", Amaro.
- Jajajá. Hay algo de eso y es por el morbo del equipo, el que te dice que va a solidarizar y después se arranan cuando finalmente acaban de grabar engulléndote el gusano y todos dan un paso atrás. Solo un camarógrafo lo hizo de un equipo de cinco personas.
- ¿No tuviste problemas por comer tantos platos extraños?
- No. Resistí y repetí. Gané un par de kilos, pero ya están fuera porque es que se come muy rico.