SANTIAGO.-
"Tosca" es una de las óperas más reconocidas de
Giacomo Puccini y también una de las más trágicas. En ella, Floria Tosca intenta salvar a su amante, un pintor que está condenado a muerte por auxiliar a un hombre que huyó de la cárcel. Scarpia, el jefe de la policía de Roma, le ofrece a Tosca una forma de salvar a su amado: Lo mantendrá con vida a cambio de acostarse con ella. La mujer acepta, pero llegado el momento, lo apuñala y huye. El peso de su conciencia la atormenta, pero su redención es anunciada a la mañana siguiente, cuando por las calles se escucha
el canto de un niño pastor.
Voces infantiles también aparecen en el primer acto, cuando un coro de niños entona el "Te Deum". Puccini quiso ser realista y para incluir estas voces preguntó al Vaticano cuál era el tono exacto de las campanas de San Pedro y es más, él mismo fue a comprobarlo a las terrazas del Castillo Sant'Angelo, en Roma. Obras como "La condenación de Fausto" de Berlioz y "El Cascanueces" de Chaikovski también incorporan coros de niños, no de forma accidental, sino que siempre con la intención de transmitir sentimientos de religiosidad, trascendencia y pureza.
"Cada año en la programación hay óperas que requieren coros de niños", explica Frédéric Chambert, director del Teatro Municipal. "Antes, cada vez teníamos que hacer acuerdos con el coro de algún colegio y empezábamos el trabajo desde cero con nuevos niños, por un tiempo limitado. Era una lástima porque la voz es un músculo que se entrena y se va mejorando", detalla.
Por esta razón, desde este año, la institución incluirá al Coro de Niños "Voces Blancas" dentro de sus cuerpos estables. El grupo de 40 jóvenes de entre 8 y 17 años, quienes fueron seleccionados mediante una audición en que participaron cerca de 500 postulantes, trabajará a la par con elencos como el Ballet de Santiago, la Orquesta Filarmónica y el Coro del Municipal.
"La condenación de Fausto" en el Teatro Municipal, en 2017. Crédito: Patricio Melo.
Los niños cantores de "Voces Blancas" ya se encuentran ensayando para su debut en el montaje "Tosca", en junio. Cecilia Barrientos, directora del elenco, explica cuáles son las características que buscan en los integrantes: "Tienen que tener una concentración importante, para abordar las horas que dura un montaje. Además, que tengan afinación y una dicción correcta. Pero por sobre todo, niños con entusiasmo, que vengan con ganas de trabajar y de hacer música".
Belén Torres tiene 17 años y su paso por "Voces Blancas" la ayudó a decidirse por estudiar canto lírico. "Es muy entretenido y muy importante poder trabajar junto a los bailarines y cantantes del coro profesional y en verdad te abre las posibilidades para dedicarte a la música", asegura.
A Luna Giuliani, de 10 años, le complica conjugar el colegio y el canto. "Quiero seguir, pero cuando pase de curso me va a ser más difícil por la hora. Si no, me gustaría ser científica o tocar violín", explica. En cambio Ángel Lete, de la misma edad, se siente determinado. "Me gusta cantar, siento que yo nací para esto... desde que tenía 6 años ya estaba cantando", sostiene.
¿Qué pasa con los niños cantores cuando cambian su voz? Barrientos explica: "El Coro de Niños nace de una estructura mayor del teatro que es el coro de jóvenes Crecer Cantando, por lo tanto, el niño o niña con voz blanca en quien se produce esta muda vocal, tiene su continuidad en ese elenco. También hay una fonoaudióloga en el teatro para ayudar a los niños que presentan este fenómeno", dice.
Cecilia Barrientos dirige un ensayo del coro de niños en el Teatro Municipal. Crédito: Emol.com.
Cuando cantar es un trabajo
Firmar un contrato con un niño y pagarle por su trabajo puede convertirse en todo un dilema, según explica el director del Municipal de Santiago. "Cuando fui director adjunto de la Ópera de París decidimos contratar a un coro de niños inglés para una obra y fue un problema. No pudimos llegar a acuerdo, porque mientras la legislación francesa obliga a pagarle a los niños cuando actúan en contextos comerciales, en Inglaterra está totalmente prohibido pagarle a un niño y se considera una desnaturalización de su proceso educativo".
Chambert explica que en este ámbito hay un vacío en la ley chilena, por lo que decidió adoptar un sistema intermedio. "Por los ensayos no reciben sueldo, pero no pagan tampoco. Se considera un regalo de formación que se le ofrece al niño, pero se hace una diferencia cuando se trata de un contexto comercial", detalla. "Si hacemos una ópera con público que paga, sí reciben una remuneración simbólica que corresponde al sueldo mínimo. Hay un contrato de por medio y también es parte del proceso educativo: diferenciar cuando se trata de una prestación laboral".
Los niños Cantores de Viena y el Coro de niños de Tölz son algunos referentes mundiales de este tipo de agrupaciones. "Tener un coro como este es una riqueza real que tiene consecuencias directas en la programación del teatro", explica Chambert, quien asegura que hay todo un repertorio de obras escritas para ser interpretadas por niños que ahora podrán abordar en el Municipal de Santiago. Algunos ejemplos son la ópera "Otra vuelta de tuerca" de Benjamin Britten, cuyos protagonistas son dos niños, y "La pasión según San Mateo", concierto escrito por Sebastian Bach para ser interpretado por un coro de niños.
Por lo pronto, "Voces Blancas" participará de tres montajes de la programación 2018: "Tosca", el ballet "Cascanueces" y el concierto "Carmina Burana".
Belén Torres, Luna Giuiliani y Ángel Lete, miembros del coro de niños "Voces Blancas". Crédito: Emol.com.