FRUTILLAR.- "Mi papá es un Baqueano, hoy se va para el monte. Sube, sube, por el risco en su caballo, silencioso siempre atento por el bosque. Yo le ayudo a armar su apero, espuelín, boina y poncho. Su cuchillo afilado y un pañuelo, las polainas lo protegen contra el frío. En su alforja lleva el rancho, jabalí y cordero. Y los panes que mi madre le ha amasado; lleva el mate bien cebado y muy amargo".
"La canción del Baqueano" fue escrita y musicalizada por el compositor Sebastián Errázuriz (Santiago, 1975), y forma parte de la "Cantata de los oficios", un ambicioso proyecto que busca juntar en una misma jornada sobre un escenario a 300 niños cantores del sur de Chile, pertenecientes a los coros de 20 escuelas de la zona.
"La 'Cantata de los Oficios' es una buena manera de rescatar y poner en valor los oficios de la cuenca del Lago Llanquihue, que fueron muy importantes para el desarrollo de la zona", explica Errázuriz. Entre los trabajos que todavía están vigentes están, por ejemplo, los del lechero y los del rubro de la pesca. Entre los extintos, en tanto, están los del herrero y el molinero, entre otros.
Partitura de la 'Canción del herrero', escrita y musicalizada por Sebastián Errázuriz. . Crédito: Juan Luis Cortés.
El músico señala que ha sido "alucinante" establecer contacto con las personas que practican estos oficios. "Tal vez la vivencia más gratificante fue estar en una cabalgata desde el Río Puelo hasta casi la frontera con Argentina. Tuve que compartir durante dos días con señores que son baqueanos, que se dedican y mueven el ganado de un lado a otro, y que conocen todos los senderos y los ríos. Estuve observándolos, eran tipos bastante reservados. Cuando llegué anoté todos mis apuntes, todas mis sensaciones e hice la canción en un puro día. En ella quise dar cuenta desde cómo se alimentan hasta cómo visten, y cuáles son sus costumbres", explica.
Fue el
Teatro del Lago la institución detrás de este inusual encargo para Errázuriz. El director del Área coral,
Joaquim Piqué, explica que la iniciativa corresponde al cierre del programa "Puedes cantar", que todos los años capacita a profesores de la zona quienes dirigen coros para niños en sus escuelas.
"Antes, cada año se hacía una selección de los mejores 10 coros infantiles de la zona, y eran ellos los que se presentaban a fin de año. Un día conversando con una de las profesoras que se capacitan, me comentó que su coro nunca iba a poder presentarse, porque era inferior a otros de la región", comenta. "Entonces me di cuenta de que había que cambiar el modelo, no juzgar a los grupos, sino cambiar la dinámica para que todos participen y aporten algo", sostiene.
Hace pocas semanas, tanto Piqué como Errázuriz viajaron a la isla de Chiloé para repasar las canciones de la cantata con las escuelas de la zona, a quienes se les hace difícil asistir a las capacitaciones por la distancia geográfica de su territorio. "Hay que estar conscientes de la realidad de cada coro", aseguran.
Jornada preparativa de la "Cantata de los oficios" en Chiloé. Crédito: Juan Luis Cortés.
¿Cuáles son las dificultades de crear un espectáculo donde canten 300 niños, de 20 escuelas distintas? Piqué señala entre risas: "No se ha hecho nunca un ensamble de los 20 coros. Será un solo ensayo, el mismo día antes del concierto, y quien tiene que dirigir esta mole soy yo; definir quién canta cada parte y dónde los posiciono sobre el escenario".
Errázuriz agrega: "Hay que considerar que los coros tienen niveles dispares. Entonces es un desafío muy grande para mí, como compositor, hacer una obra que sea a la vez, desafiante para cada uno de los coros, y que también resulte interesante para quien la escucha; que no sea un grupo de ejercicios sino que funcione como espectáculo orgánico".
La "Cantata de los oficios" se presentará en el Teatro del Lago el 12 de octubre. Paralelamente, los responsables de la iniciativa piensan elaborar material educativo con el vocabulario en desuso que han descubierto en esta investigación musical.
