SANTIAGO.- El reciente libro que acaba de publicar
Juan Cristóbal Guarello lo involucra, de cierto modo, porque aborda la vida de un evangélico devenido en
anarquista revolucionario que mucho antes de morir a sus
escasos 24 años fue rescatado por el padre del comunicador, el abogad
o Fernando Guarello Zegers, del
Estadio Chile,
lugar donde iba a ser fusilado durante los primeros años de la dictadura militar.
En las primeras páginas de
"Aldo Marín. Carne de Cañón" (Debate, $13.000), el periodista y comentarista deportivo advierte que en el relato de esta historia intentó intervenir lo menos posible,
"con el objetivo de que los hechos hablaran por sí solos", aunque ello no impidió que realizara una reflexión sobre la vida de
Aldo Orlando Marín Piñones, un humilde lechero
oriundo de Vallenar que militó en la
Brigada Elmo Catalán del Partido Socialista y murió el
4 de agosto de 1977 en Italia, cuando trasladaba en un bolso una bomba que él mismo construyó.
Su objetivo era atentar contra el diario La Stampa, en Turín.
"Representa a los jóvenes que abrazaron a la versión más beligerante, más combativa, más revolucionaria de la UP".
Juan Cristóbal Guarello, periodista
Guarello llegó de tropezón a este personaje hace cinco años, cuando un muchacho llamado
Aldo Marín Morales se contactó con Margarita, hermana de Juan Cristóbal, para contarle que el padre de ambos le había salvado la vida al suyo
en los turbulentos tiempos del Golpe Militar. En una tarde de invierno de 2013,
en el Estadio Nacional, el Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2011 y Marín Morales conversaron por primera vez sobre Marín Piñones, y un año más tarde, el también rostro de
Canal 13 comenzó a realizar una investigación sobre la enigmática figura del norteño, la que concluyó en marzo de este año.
"Me encontré con la desaforada vida de Aldo Marín y la verdad es que es que me pareció una biografía tan interesante, tan terrible, tan trágica, y a la vez tan representativa de una época en la que simplemente me interné y no pude parar hasta avanzar muchísimo", revela Juan Cristóbal a
Emol acerca del humilde muchacho que terminó la última etapa de su existencia siendo parte del grupo armado itálico
Azione Revolucionaria.$13.000Es el valor referencial de "Aldo Marín. Carne de Cañón", el reciente trabajo investigativo de Guarello
"Evidentemente no logré responder todas las preguntas, pero
un muchacho que en 1972 está repartiendo leche en Vallenar y en 1977 está en Italia poniendo bombas en un grupo anarquista,
la verdad es que vale la pena dar a entender qué ocurrió en la trayectoria de un hecho y otro. Así es que eso fue el punto inicial de una aventura periodística.
Fue una investigación larga compleja, interesante y llena de matices", suma.
Perfilar a Aldo Marín Piñones, según las palabras del periodista, "es difícil" y durante los años que recopiló información entrevistando a casi
50 personas, entre ellas familiares, cercanos y compañeros de armas del desaparecido militante del PS, aún quedaron muchas dudas en al aire, muchas preguntas sin respuestas.
"¿Quién era realmente?
Un hombre que siempre transitó en una doble vida: el hombre de la iglesia, el hombre del trabajo, el revolucionario, el hombre que era muy fiel a sus amigos y muy feroz con sus enemigos.
El hombre que parecía nunca demostrar lo que pensaba realmente. Es muy difícil de definirlo de una manera sencilla", dice Juan Cristóbal.
La crónica, no obstante, tiene una doble intencionalidad, porque no solo retrata la fugaz existencia de Aldo Marín Piñones. También, según el escritor, "representa a una época. Representa a los jóvenes que abrazaron a la versión más beligerante, más combativa, más revolucionaria de la UP".
"Carne de cañón" es también una crítica al rol que tuvo y ha tenido la izquierda chilena con los hombres y mujeres que lucharon contra la dictadura. Por ello es que deja a un costado el lado más romántico de la UP "como un proceso estrictamente político, con pocos matices, con pocas hebras y contradicciones, cuando fue todo lo contrario. La Unidad Popular fue un proceso tremendamente complejo, contradictorio, difícil, en un contexto político y social complicado en un país férreamente controlado por los EE.UU. y eso no se puede dejar de lado".
El periodista agrega que parte de este sector nunca se ha responsabilizado del todo "con los hombres que quedaron en el camino, de los jóvenes revolucionarios, sobre todo de los de clase popular que siguieron a sus líderes y que en un momento quedaron a la deriva y seguramente murieron o se perdieron en el laberinto infinito y trágico del exilio", como es el caso del hombre protagonista de esta obra.
- ¿Por qué lo titulaste como "Carne de Cañón"?
- El título me lo dio, Joel, el hermano menor de Aldo Marín. Fue él quien lo vio por última vez alejarse por una calle de Vallenar en mayo de 1973. Es lo que siente mucha gente, familiares de detenidos desaparecidos, de combatientes populares que creen que sus hermanos, hijos, maridos, yernos que fueron al frente y estuvieron en la primera línea de la batalla y de la lucha y sufrieron las mismas consecuencias. Y hay parte de verdad en este análisis. Yo creo que cuando escuchas a Óscar Guillermo Garretón hablar casi con sorna de su actuación política en la UP, que fue muy incendiaria, muy irresponsable, casi ridícula y después decir que lo pasó bien de joven, siento que quienes lo siguieron y tuvieron pérdidas fueron carne de cañón.
Guarello cierra diciendo que otro de los aspectos a destacar en este libro es "ilustrar de manera natural" una convulsionada época de Chile en la que el recorrido que hizo un joven como Marín Piñones se ha abordado poco. Por eso también está la intención de "mostrar esta parte de la historia reciente que no se ha profundizado tanto y que es interesante revisitar".
"Me parece que van varias obras que van en ese camino en este momento. Esta es una de ellas", concluye.
