SANTIAGO.- Romy Schneider tenía 43 años cuando fue encontrada sin vida sobre la cama de su departamento en París, Francia. Fue un 29 de mayo de 1982 y tres décadas después de su deceso todavía se especula sobre las reales causas de su fallecimiento.
La versión oficial dice que la actriz franco-alemana sufrió un paro cardíaco, pero no se descarta que haya sido la propia Schneider la que, sumida en una profunda depresión a raíz de varios infortunios personales, acabó con su vida mezclando alcohol con barbitúricos.
Su turbulenta historia fue llevada a la pantalla grande en una producción que retrata a la protagonista de la trilogía "Sissi" como una mujer "alcohólica, desequilibrada, atormentada, abrumada, con un alma frágil", y que lleva por nombre "Tres días en Quiberon". La hija de Romy, Sarah Bianisi, ya expresó su descontento por esta cinta dirigida por la alemana Emily Atef y que fue estrenada en el Festival de Berlín.
Bianisi -hija de Schneider con su último marido, el periodista franco-italiano Daniel Bianisi- tenía solo cinco años cuando perdió a su madre y confesó que este filme que llegará a las salas galas el próximo 18 de junio, la escandalizó. "Creo que la gente que vaya a ver esta película no verá una película sobre mi madre, no verá una película sobre Romy Schneider", dijo a una radio francesa.
"Mi madre nunca ha sido alcohólica, todos los directores y actores que han trabajado con ella pueden confirmarlo", afirmó. Y sostuvo que la figura siempre acudía a Quiberon para relajarse y ponerse en forma como lo hacían otras colegas de ellas y no para someterse a rehabilitación, como se dice en el largometraje.
La cinta busca retratar cómo fueron los últimos meses de vida de la actriz y se basa en una entrevista hecha a la protagonista de "La piscina" (1968) por el periodista alemán Michael Jürgs y el fotógrafo Robert Lebeck en un pueblo de Francia al que Romy siempre acudía para descansar después de los rodajes.
"Tengo 42 años, soy una mujer infeliz y me llamo Romy Schneider". Así es como se presentó la estrella del cine europeo que se casó dos veces. Primero fue con el actor Harry Meyen, con quien tuvo un hijo, David. Luego, con Daniel Biasini y de esa relación nació Sarah. El suicidio de Meyen, la muerte temprana del niño de ambos y la separación de su segunda pareja, la sumieron en la depresión.