SANTIAGO.- Que son obras ininteligibles para el público común, que las audiencias se sienten distantes y que es necesario tener poder adquisitivo para poder disfrutarlas. La ópera es, desde antaño, una pieza que causa espesor en las discusiones culturales. Lo cierto es que no es difícil consentir que a una persona del presente, en Chile, le cueste comprender montajes que fueron creados hace 100 o 200 años, en países como Austria o la antigua Checoslovaquia.
Pero la situación cambia completamente cuando
la ópera es actual y encima, chilena; cuando tanto el director, como el libretista, los intérpretes y los montajistas, son también chilenos. Así es el caso de
"El Cristo de Elqui", ópera compuesta por
Miguel Farías que tuvo su estreno mundial en el
Teatro Municipal, a principios de junio. El libreto, fue escrito por
Alberto Mayol y une dos obras de
Hernán Rivera Letelier: "El arte de la resurrección" y "La Reina Isabel cantaba rancheras".
"Me parece que el montaje ha sido absolutamente un aporte", señala la periodista y crítica de ópera Claudia Ramírez. "En países como Argentina y Estados Unidos es obligación hacer una ópera local todos los años. Ya era hora que empezáramos a darles cabida a nuestros creadores. Esta es una obra que cumplió cánones y expectativas, por eso es un gran aporte para la composición chilena", añade.
"El Cristo de Elqui" incluyó elementos del contexto actual, como críticas a la Iglesia Católica. Crédito: Cristián Carvallo, El Mercurio.
Lo que dice Ramírez es cierto. "El Cristo de Elqui" es el primer estreno oficial de una ópera chilena en más de 40 años. Si bien durante la última década se han presentado algunas como "Viento Blanco" y "Gloria" de Sebastián Errázuriz, "Renca, París y liendres" del mismo Miguel Farías y "Fulgor y muerte de Joaquín Urieta" de Sergio Ortega; ninguna de ellas hizo su estreno mundial en Chile, ni tuvo un ciclo en la temporada lírica del Teatro Municipal, como lo hizo "El Cristo de Elqui".
"Miguel Farías en 'El Cristo de Elqui' maneja un discurso musical bastante amable y directo. Se logra un puente con el público".
Mario Córdova, crítico de ópera
Los expertos señalan que la música es el punto fuerte de esta producción. "La música es muy superior a todo, se planta como el elemento protagónico y más importante", señala
Mario Córdova, crítico de LUN y conferencista de ópera. "Hay una cierta tendencia en los compositores jóvenes de impactar, de provocar con un lenguaje que está hecho para sus iguales, o para estudiantes de música, pero que no es un lenguaje para las plateas. Los compositores modernos tratan de explorar en complejidades que no dialogan con el público y
Miguel Farías en 'El Cristo de Elqui' maneja un discurso musical bastante amable y directo. Se logra un puente con el público, porque no choca ni provoca, sino que agrada y atrapa", sugiere.
El crítico Joel Poblete comparte el juicio y comenta que la partitura le pareció "interesante y atractiva". Sin embargo, apunta sus críticas al guion: "El libreto tiene algunos elementos que no me convencieron", señala.
El vestuario del personaje central y las escenas demasiado minimalistas, no convencieron al crítico Mario Córdova. Crédito: Cristián Carvallo, El Mercurio.
Mario Córdova profundiza en esta crítica: "El libreto carece de una unidad que sea coherente. Primero, muestra al Cristo de Elqui como un personaje decadente y derrotado. Ahí yo creo que el libreto omitió mostrar algún momento en que el Cristo de Elqui se vea enseñoreado, con poder. Eso faltó porque es un personaje histórico, que existió y del que se sabe, tenía carisma y arrastre para atraer personas. Aquí la obra empieza con la preocupación de la Iglesia Católica por la aparición de este personaje, y cuando aparece, ya se le ve en baja. A la ópera le faltó justificar la grandeza que pudo haber tenido y su magnetismo", sostiene.
La propuesta artística de la puesta en escena también presenta errores a juicio de Córdova. "El libreto nombra una y otra vez la pampa salitrera y en la escenografía se omitió mostrar la pampa. Es grave también la caracterización del Cristo, porque hay fotos de cómo fue él. El propio teatro anunció el estreno mostrando una imagen bastante parecida a esa iconografía que todos conocemos: personaje alto, desgarbado, con túnica, pelo largo y barba. La misma promoción del Municipal te mostraba esa imagen, pero tú te sentabas y en la ópera no aparecía ese Cristo, sino uno perdedor y deteriorado".
Ramírez, por su parte, reivindica las decisiones del compositor escénico Jorge Lavelli. "No siempre es comprendido, pero él hace una propuesta metafórica. No juega con el historicismo, no juega a recrear la realidad, no muestra exactamente eso que es el desierto, lo que es el Cristo. Juega con símbolos y metáforas y despoja el escenario. Hay una idea de escenografía con pocos elementos, que demuestra con desnudez los sentimientos de los personajes", comenta, señalando que le parecieron especialmente expresivos los sujetos que aparecían con las caras pintadas de blanco, sobre la escena.
A la crítica de ópera Claudia Ramírez le parecieron especialmente interesantes los personajes pintados de blanco. Crédito: Cristián Carvallo, El Mercurio.
Con cinco funciones a teatro completo, "El Cristo de Elqui" se convirtió en un montaje bastante exitoso. El libretista Alberto Mayol asegura que la recepción superó completamente sus expectativas. "Una ópera contemporánea chilena, con un músico compositor de 34 años y un libretista sin antecedentes... era de esperar que la crítica la destruyera, pero eso no ocurrió". Mayol asegura que Hernán Rivera Letelier, quien asistió al estreno, también se declaró conforme con el montaje.
Miguel Farías, en tanto, comenta que junto al Teatro Municipal "
hay muchas ganas de hacerla nuevamente y de llevarla a regiones", gestiones que todavía están desarrollo. Sin embargo, cuenta que teatros de
Alemania y
Francia se han comunicado con él para expresar su interés en la obra, y
lo han invitado a componer nuevas óperas para futuras coproducciones internacionales.