Grupo Planeta es uno de los que se marginarán de la cita en 2018.
Andrés Pérez, El Mercurio.
SANTIAGO.- Desde hace casi cuatro décadas que se celebra en la capital la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), un encuentro organizado por la Cámara Chilena del Libro en donde se dan cita los editores, libreros y distribuidores más grandes del país, a la vez que el público puede encontrarse con los grandes autores del momento. Como ya es tradición, durante los últimos meses de este año volverá a instalarse en la gran explanada de la Estación Mapocho.
Sin embargo, durante la jornada del miércoles, los socios de la
Corporación del Libro y la Lectura decidieron restarse del evento. El grupo está compuesto por más de 15 editoriales, entre las que se encuentran por ejemplo
Zig Zag, Santillana, Penguin Random House, Grupo Planeta y
Catalonia, representativas de una buena cantidad de los libros que circulan en Chile.
El grupo, presidido por Arturo Infante, anunció su decisión mediante una misiva dirigida a la Cámara Chilena del Libro y a la ministra de las Culturas.
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Estamos convencidos, y así lo hemos hecho saber públicamente, de que nuestra industria editorial, los lectores y el país no se merecen una feria internacional del libro desmedrada e improvisada, menos si en su organización están excluidos los editores, un factor decisvo en la generación de autores y libros chilenos", dice en un extracto de la carta publicado hoy por
El Mercurio.
En la misiva además se lee: "Una muestra anual y mayor del libro debe representar a todos quienes la componen, a los cuatro referentes gremiales del libro existentes hoy en Chile, y en igualdad de condiciones. Que esta debe ser una fiesta cultural atrayente, que ponga atención de los ciudadanos en la importancia del libro y la lectura, sin limitaciones de acceso, sin fines de lucro (...) Nada de eso es posible con el actual modelo de organización, que prioriza objetivos e interés comercial de una determinada agrupación gremial por sobre los requerimientos nacionales para la formación de hábitos lectores".
Finalmente, la Corporación del Libro y la Lectura destaca que les resulta "imposible seguir avalando con nuestra presencia una feria cuyo propósito no nos representa ni nos interpreta (...)".
No es la primera vez que este tipo de conflictos tienen lugar en el encuentro nacional del libro, ya que en 2016 el mismo colectivo de editores anunció que se ausentaría del evento. En aquella oportunidad las razones del desencuentro fueron el precio de las entradas y cuestionamientos a una licitación de libros escolares.
