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Enigmas, zombies y paisajes sureños: "La Isla del Cazador", la nueva novela infantil protagonizada por dos jóvenes detectives

Editado por Montena, en esta breve y rápida historia, los hermanos Emanuel y Marcel Quezada se embarcan en una aventura por el sur de Chile junto a su agencia de investigaciones, para dar con el paradero de un profesor desaparecido en extrañas circunstancias.

14 de Octubre de 2018 | 18:15 | Por Alondra Barrios Peñailillo, Emol
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Penguin Random House
SANTIAGO.- Una de las grandes novedades literarias del mes octubre tiene como público objetivo a jóvenes de entre los 8 y 12 años, y su argumento se enfoca en revivir parajes sureños, enigmas y zombies.

"La Isla del Cazador" (Montena, $12.000) es el título del más reciente trabajo de J.L. Flores, escritor, guionista y director creativo que trabajó para el juego de estrategias de Salo "Mitos y Leyendas" y "Humankind". Es co-creador de "Delibera", un juego de debate ciudadano que aún sigue en funcionamiento y de la plataforma de aprendizaje interactiva dirigida a escolares MunK.

"Aunque mi primer libro es anterior a que entrara a 'Mitos y Leyendas', siempre digo que el juego fue mi escuela, donde agarré mi formación como autor. En aquellos tiempos aprendí disciplina, investigación y constancia", señala a Emol el autor. "'Delibera' es un juego de participación ciudadana de la Biblioteca del Congreso Nacional que me enseñó a ese otro tipo de jóvenes, no gamers, sino comprometidos con el país, con causas sociales. Ellos también están presentes en esta novela", explica.

En esta entrega ambientada en 1937, Flores narra la historia de dos hermanos, Emanuel y Marcel Quezada, de la agencia QyQ Investigaciones, quienes deben trasladarse hasta la Isla del Cazador para encontrar al profesor Mateo Santa Cruz a pedido de una clienta. Marcel, el menor, liderará la búsqueda de la misteriosa desaparición, donde se topará con muertos vivientes, habitantes viviendo bajo el efecto de una extraña sustancia, aviones de guerra, armas y con su hermano viviendo una aventura amorosa con una niña.

La dinámica de ambos recuerda a momentos la relación que mantienen Sherlock Holmes y John H. Watson, personajes de la obra de Arthur Conan Doyle, pero J.L. Flores intenta diferenciar ambas parejas partiendo de la premisa que Sherlock y Watson "son adultos y no tienen relación sanguínea. Son amigos porque lo han elegido. En cambio los hermanos Q están obligados, por sus lazos familiares, lealtades y también porque la familia es la primera configuración de realidad que conocemos".


Marcel es quien narra las aventuras en "La Isla del Cazador" y el menor de los hermanos. Siente una gran admiración por la inteligencia y perspicacia de Emanuel, y por ello cree que no logrará ser como él. "Elegí narrar desde el punto de vista del hermano más débil, o menos experimentado, que en el camino descubre sus propias fortalezas, en donde es el maestro de su hermano. No me gustan los personajes perfectos, ninguno de los dos chicos lo es", cuenta el escritor.

"Se ríen mucho de sí mismos, tienen sus inseguridades y también sus certezas. Creo que son buenos camaradas, con los que me gustaría haber pasado un rato", agrega.

En este ejemplar también hay una referencia a pueblos nativos del sur de Chile, islotes, golfos, canales. En entregas anteriores, pero dirigidas a público adulto, como "Basilisco" -que ganó el premio Lector 2018- y "Las Bestias", "hablan de mi búsqueda de Chile. En "Calíope" hice un homenaje a Santiago, pero en 'La Isla del Cazador' por fin pude hacer algo que estaba buscando hace tiempo, mostrar a Chile como un gran patio de juego, que lo es. Chile geográfico y ontológico también. El Chile recóndito, el escondido y el que ya no existe".

"Muchos de los lugares que salen en la novela -explica el autor- los conocí personalmente mientras estaba en una expedición escribiendo un libro sobre ballenas". "El paisaje me inundó, la flora, la fauna y los misterios. Sobre todo eso último. Pues hay otros lugares que aparecen y ya no existen, formas de vida que desaparecieron por el tiempo, o por el gran cataclismo que fue el terremoto de Valdivia, que cambió cursos y alturas de ríos, destruyó pueblos, hundió iglesias, villorrios, caletas", cuenta. "En fin, ese país que ya no está, o está escondido en nosotros, es tan fabuloso como las dimensiones que invento cuando escribo sobre lo fantástico", sostiene.

Ágil en su relato y rápido de leer (solo tiene 160 páginas), en "La Isla del Cazador" ocurren muchas cosas al mismo tiempo, pero sin perder su trama central. Las primeras páginas introducen al lector con unas fichas de los personajes con sus características físicas y psicológicas que sirve para comprender lo que sucederá en las hojas siguientes. Recomendada para todas las edades, esta historia de hermanos cómplices provoca en el lector más ganas de conocer aventuras vividas por ambos y la manera en que resuelven sus casos, los que bien podrían continuar en un próximo volumen.
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