SANTIAGO.- Los delincuentes cayeron en la trampa. Creyeron que su plan para apropiarse de una obra de arte de tres millones de euros (unos $2.200 millones) había salido a la perfección, pero se equivocaron.
El miércoles por la mañana unos ladrones irrumpieron en la Iglesia Santa María Magdalena, de la ciudad italiana Castelnovo Magra, y se llevaron una pintura de Pieter Brueghel el Joven, un artista flamenco del siglo XVII, informó The Guardian.
La obra se encontraba en una de las capillas laterales del templo y los ladrones
rompieron la mampara de protección de cristal, para después escapar a bordo de un automóvil.
"Han hecho un buen destrozo", se lamentó el párroco Alessandro Chiantaretto, quien aseguró que en el momento del robo no se encontraba en la iglesia.
Por su parte, el alcalde Daniele Montebello declaró a los medios que perder el cuadro era "un duro golpe para la comunidad". Sin embargo, sus palabras eran premeditadas, ya que todo era parte de la trampa.
Por la noche los policías revelaron la verdad: la obra de arte que desapareció no era la original, sino una copia.
La pintura "La Crucifixión" donada al templo hace más de 100 años, había sido guardada un mes antes, cuando sospecharon de un posible hurto.
"Corrían rumores de que alguien podía robar el trabajo, por lo que la policía decidió ponerlo en un lugar seguro, reemplazarlo con una copia e instalar algunas cámaras", dijo Montebello ayer en la noche.
La autoridad agradeció a los uniformados y también a los feligreses que notaron que el cuadro no era el original, pero que mantuvieron el secreto.
Respecto del paradero de los delincuentes no se ha publicado información. Solo se sabe que huyeron con la copia del cuadro.
Italia es el país que más sufre de robos de arte debido a que posee una gran cantidad de obras. Debido a esto, se han tomado medidas para reducir el número de hurtos y se redujeron los robos de 906 en 2011 a 449 en 2016, según el medio británico.
Cerca de la mitad de los objetos robados ese año habían sido sustraídos de iglesias, por lo que la policía de arte italiana elaboró pautas para proteger estos espacios que permanecen abiertos al público la mayor parte del tiempo. Entre las medidas que se tomaron se encuentra la instalación de alarmas y sistemas de vigilancia, y la contratación de voluntarios que vigilan las estancias.