BUENOS AIRES.- Las provocativas artistas rusas Pussy Riot, se presentaron por primera vez en Argentina en el marco de su gira por América Latina, que el miércoles las traerá a Chile, donde actuarán en el Centro de Eventos Blondie a las 21:00 horas.
En el país trasandino, el colectivo ofreció un show en Niceto Club -espacio cultural ubicado en el barrio de Palermo, que suele recibir las más influyentes visitas locales e internacionales-, donde se congregaron casi mil espectadores, fervorosos por conocerlas y deseosos de ver las caras (cubiertas o descubiertas) de estas artistas feministas, más conocidas por sus acciones políticas que por su música en sí.
Cerca de las 22:00 horas, Nadya Tolokonnikova y sus compañeras salieron a escena. Y el público las recibió como lo que son:
un suceso. Porque nadie de los allí presentes ignoraba
algunos de los hechos que las llevaron a las páginas de los diarios de todo el mundo poquito tiempo después de haberse formado como grupo. Por ejemplo, la
performance que organizaron en la Catedral Cristo Salvador de Moscú en 2012 contra el apoyo de la iglesia ortodoxa a la campaña de Vladimir Putin; o el
posterior encarcelamiento de tres de sus integrantes, entre ellas, Nadya y Masha Alyokhina, que estuvieron 21 meses presas. Sin embargo, ambas participaron del show en Buenos Aires,
haciendo gala de su libertad y de su propuesta revolucionaria. Y saltaron, gritaron y tocaron para una convocatoria revolucionada por esta visita.
Por supuesto, más cercano en el tiempo, quedó en el registro popular la
intervención de las muchachas en la final del Mundial de Rusia 2018, cuando ingresaron al campo de juego vestidas de policía y fueron arrastradas por la gente de seguridad hacia afuera del juego.
Pero ahora es otra la escena. Durante más de veinte temas, las activistas
se ocuparon de repasar sus canciones en inglés -como "Police State" o "Bad Apples" (tema producido por Dave Sitek de Tv on the Radio)- y, también,
en ruso, como "Organs", cuya letra fue proyectada en pantalla a modo de subtítulos en inglés.
Crédito: Reuters.
Así transcurrió la noche, con visuales impactantes y con las Pussy Riot a puro despliegue frenético de la
combinación de punk con hip hop y ribetes electrónicos. Y con mucha bajada de línea contra su Presidente, contra Donald Trump y hasta contra el Mandatario argentino, Mauricio Macri.
De hecho,
uno de los momentos más fuertes de la noche fue una
proclama que subió a decir otra mujer encapuchada en el intermedio del espectáculo. En un español clarísimo, y en sintonía con reclamos cada vez más vigentes y más intensos por los derechos de las mujeres,
se la escuchó hermanarse con los movimientos más expandidos por Argentina (y por otros de América Latina), como el #NiUnaMenos y la búsqueda del empoderamiento de las mujeres.
"No habrá fascismo, no habrá dictadura que amordace este grito. ¡Porque vivas nos queremos! ¡Ni una menos!", gritó y repitió. Y, luego,
las Pussy Riot siguieron con su propuesta, siempre sólidas y siempre seguras del apoyo internacional con que cuentan públicamente, que va desde Madonna a Yoko Ono y Paul McCartney. Pero, también, siempre
conscientes del peligro de su activismo dentro de sus propias fronteras.
El pañuelo verde, emblema de la lucha por la legalización del aborto en la Argentina (que se volverá a tratar en el Congreso el 28 de mayo próximo)
fue una de las prendas más usadas, tanto por las rusas como por su público. Lo mismo ocurrió con las clásicas balaclavas o capuchas, otra marca registrada del grupo, que
seguramente repetirá gran parte de su puesta en escena en Chile. Como esta noche enérgica, protagonizada por unas artistas que siempre le pusieron el cuerpo a su mensaje.