SANTIAGO.- "Dios", el segundo largometraje del colectivo de realizadores Mapa Fílmico de un País (MAFI), llega este jueves 2 de mayo a las salas nacionales a más de un año de haber logrado una innovadora cobertura de la visita del Papa Francisco a Chile.
Los directores Christopher Murray, Israel Pimentel, Josefina Buschmann y el productor Diego Pino, se dispusieron a registrar, a partir de la visita de la máxima autoridad de la Iglesia Católica, las problemáticas de una "sociedad convulsionada y tensionada".
A través de las imágenes, se evidencia la preparación de las agrupaciones católicas para recibir al Papa con bailes, cánticos y adornos especiales que lo acompañaron en sus visitas a Santiago, Temuco e Iquique. Por otro lado, se muestran las manifestaciones críticas a las políticas de la Iglesia Católica y los movimientos que en ese entonces buscaban legalizar el aborto.
Foto: Cortesía
Así, la película va desde un extremo a otro, registrando a los creyentes en sus rituales, a los mapuches viviendo su religión y a los agnósticos ironizando con algunas festividades católicas.
En conversación con Emol, Murray conversó sobre las impresiones que le dejó el presenciar las diversas experiencias de la gente con la venida del Papa, la creciente crisis de la Iglesia Católica y los cambios de la sociedad chilena respecto a la religión.
- ¿Cómo definirías tú la intención de este documental?
- La intención primera es proponer una reflexión y una mirada respecto a esta crisis religiosa en el contexto de la venida del Papa, y eso pusimos como punto de partida. A lo largo de la película lo que vemos son estas distintas tensiones que tienen que ver con influencias también de la religión del país y tensiones que se generan en términos de derechos reproductivos, en temáticas que tienen que ver con identidad de género, diversidad sexual.
- En el camino de producción y rodaje de esta película, ¿qué es lo que más te llama la atención respecto a cómo la gente vive la religión hoy en día?
- Bueno, lo que más nos llama la atención tiene que ver con el retrato de esta sociedad chilena mucho más activa, mucho más confrontacional y mucho más consciente también de los derechos y un poco en transformación también respecto a un pasado donde la religión ocupaba un lugar súper importante y que todavía ocupa, pero que hoy en día la sociedad chilena se muestra mucho más activa, más reactiva y mucho más resistente. Por eso nos parecía interesante la venida del Papa y cómo reaccionó la sociedad chilena, creo que esta sociedad da cuenta de esa crisis, se indigna con los casos de abusos que han sucedido y por lo tanto hay una relación más crítica respecto a la institución, que es algo que se ve con la institución política y religiosa.
- Desde que ustedes terminan la producción de esta película hasta hoy en día, y considerando lo que fue la visita del Papa, ¿sientes que hay una profundización de esta sociedad crítica con la religión?
Creo que la venida del Papa marca un antes y un después en lo que ha sido la crisis en la historia de la Iglesia Católica en Chile; respecto a volver patente y de manera muy explícita esa fractura y esa tensión entre la sociedad chilena y la institución religiosa. También me parece que todo lo que ha pasado después de la venida del Papa, con la renuncia de la jerarquía de la Iglesia, la intervención desde el Vaticano como en la contingencia nacional respecto a la temática de los casos de abusos en la Iglesia, en el fondo como que ha sido una intensificación y es súper interesante ver cómo hoy en día la Iglesia está tratando de responder a esta contingencia, enfrentando esta vez no solamente la justicia eclesiástica, sino que también la justicia civil.
- Considerando lo que me dices y lo que pudiste presenciar, ¿cómo calificarías tú la venida del Papa?
- Creo que a la luz de la expectativa que tenía la organización, lógicamente la visita del Papa fue un fracaso. Es una visita que no generó demasiado interés respecto a la misma presencia de fieles en las distintas actividades, una baja convocatoria, con muy poco entusiasmo, muy distinto a lo que fue la visita del Papa Juan Pablo II en los '80. Entonces fue súper interesante marcar ese contraste, como una sociedad mucho más distante, que mira todo esto con mucha más lejanía, que miraba todo más crítico respecto a los costos que esta visita tenía para el Estado. También fue una visita que llamó la atención porque la organización misma de la Iglesia fue muy poco consciente de cuánta distancia y resistencia generaba, y yo creo que tiene que ver también con lo que fue la presencia de Barros en las distintas actividades, que daba cuenta de una cierta desconexión o una lectura súper errada respecto a lo que la sociedad chilena estaba exigiendo, y yo creo que eso se coronó con la última cuña que da el Papa antes de subirse al avión como desestimando las acusaciones, por lo cual después tuvo que retractarse. Esta visita finalmente sirvió para dar cuenta de esta crisis y a nivel internacional también. Chile se transformó como en un emblema de la crisis de la institución religiosa por los casos de abusos. Entonces creo que sin duda fue un hecho político potente.
- ¿Cuál es la reacción que han recibido afuera, en la visita de "Dios" a Suiza por ejemplo?
- Fue interesante ver cómo ésta es una temática universal, en el sentido de que la crisis de la Iglesia Católica es algo transversal, por lo que la gente tiene cierta conexión con la universalidad de esta temática y de las prácticas religiosas que aparecen. Pero por otra parte hay algo interesante de ver, como algo medio idiosincrático de lo que está pasando hoy en día en Chile. Yo creo que para nosotros es súper importante mostrar una sociedad chilena que se transforma, que exige, que se manifiesta, y para nosotros es interesante ver cómo el público nota eso, que ve un país que se activa con su propia idiosincrasia con respecto a las instituciones que históricamente lo han marcado.