El cineasta Woody Allen ha intentado en el último año vender sus memorias al menos a cuatro editoriales, que han rechazado el ofrecimiento, en un momento complicado para el director tras resurgir las acusaciones de abuso sexual a su hija adoptiva, Dylan Farrow.
Ejecutivos de varias editoriales confirmaron a The New York Times que un agente que representaba a Allen ofreció sus memorias a fines del año pasado. Las editoriales decidieron no hacer ninguna oferta, en gran parte "debido a la publicidad negativa" que puede haber generado trabajar con Allen.
De hecho,
algunos editores se negaron incluso a leer el material, un manuscrito completo y utilizaron la palabra "tóxico" al describir los desafíos de trabajar con Allen en el entorno actual. Así, especificaron que, si bien el cineasta sigue siendo una figura cultural importante, los riesgos comerciales de publicar unas memorias suyas eran demasiado desalentadores.
Los ejecutivos afirmaron que desconocen si otro sello editorial le ofreció un contrato a Allen, pero precisaron que si alguno lo hizo, lo ha mantenido en reserva.
Mientras algunas fuentes cercanas al director consultadas por el diario no obtuvieron respuesta, el agente de Allen, John Burnham, de ICM Partners, ha recordado que "el mantra estándar para trabajar con Allen es que no se puede hablar de su negocio".
Este silencio editorial supone un nuevo golpe para la carrera y el legado de Allen, actualmente inmerso en una batalla judicial con Amazon. El gigante audiovisual canceló su acuerdo de cuatro películas con el director, incluida la cinta archivada "A Rainy Day in New York", y en respuesta, Allen demandó a la compañía por 68 millones de dólares.