SANTIAGO.- El montaje teatral
"Las reinas del mambo", cumple por estos días
20 años desde su estreno. La obra protagonizada y dirigida por
Malucha Pinto, tendrá una celebración con un show de una sola noche el próximo miércoles
12 de junio en el Teatro Nescafé de las Artes.El espectáculo estilo revista del
Bim Bam Bum, se mostró por primera vez en 1999 con un grupo de artistas, comunicadoras y sicólogas que apostaron por un trabajo en el que se abordara el desarrollo del rol femenino en Chile. Pronto se convirtió en un programa radial y luego tuvo su paso al teatro bajo el nombre
"El desembarco de las reinas del mambo".
Año a año se ha vuelto a presentar en diversos escenarios del país, y pese a que tuvo un receso, se convirtió en una de las pocas piezas teatrales que se mantienen en el tiempo.
La obra con una estética de cabaret, muestra en escena a seis mujeres llenas de plumas, acompañadas de música y baile, mientras transmiten su visión y experiencias de mujer en diversos ámbitos de la vida. El elenco está conformado por Malucha y Paulina Hunt –quienes ejercen como directoras y voceras del montaje-, junto a las actrices Claudia Sabat, Paola Lara, Mariel Bravo y Carolina Carrasco.
A días de su "celebración de cumpleaños", Malucha Pinto conversó con Emol sobre las transformaciones que ha experimentado el espectáculo, la recepción que logran con el público y cómo percibe el escenario actual del teatro chileno.
- ¿Cómo ha cambiado esta obra de teatro a lo largo de estos 20 años?
- Nunca hemos parado de dar esta obra. Hubo por supuesto un tiempo de interrupción, pero después rearmamos el equipo y tomamos algunas cosas del texto de "Las reinas del Mambo", que es lo que hemos estado dando este último tiempo. A medida que lo hemos ido dando, le hemos agregado cosas de la contingencia, hemos ido aportando a los personajes que ahí están los cambios que van ocurriendo en Chile.
Es una obra que se ha ido transformando en el tiempo a medida que lo hemos ido dando, y específicamente ahora, para esta presentación, hemos incorporado algunos pequeños guiños y temas muy recientes, como es el tema de la diversidad sexual, e incluso recuperamos un cuadro que teníamos cuando lo estrenábamos, que tiene que ver con el abuso.
Foto: Cortesía
- La primera vez que lo mostraron fue en el '99, ¿sientes que hay algo que en ese momento no se podía decir o que era mal visto, y que hoy sí se puede decir libremente?
- Fue una obra muy atrevida en esos años. Fue una obra que habló de temas que no se hablaban en ese tiempo y que hoy día sí se hablan. Por lo tanto fue, yo creo, muy anticipada a su época. Hablábamos con mucha apertura de sexualidad, de las relaciones de pareja, tocamos el tema de la violencia intrafamiliar de manera muy cruda. Siempre desde el humor, porque es una obra que usa ese recurso con mucha fuerza, pero un humor que es descarnado, ese humor que muerde un poco.
Ahora, mirándola 20 años después que la he estado releyendo mucho, me impresiona cómo nos anticipamos a todo lo que venía. Esta explosión tan fuerte de las mujeres en la sociedad, cómo su voz se ha puesto de una manera muy clara y muy punzante también. La cantidad de mujeres que se han volcado hacia el feminismo, por ejemplo. Entonces, en ese sentido, fue una obra que se anticipó mucho.
- ¿Cuál vendría siendo tu rol dentro de este grupo de mujeres?
- Bueno, en la obra yo soy como la dueña del cabaret. Hago pocos personajes, porque como dirijo la obra, siempre elegí quedarme más afuera para poder dirigirla tranquilamente. Entonces, elegí ese rol que es la que va presentando los cuadros, aunque igual hago un par de personajes dentro de la obra. Es la que va habilitando la revista.
- ¿Cómo ves la evolución del público al momento de ver el contenido de su obra?
- El público sigue gozando mucho. Se emociona, porque la obra evidentemente aunque tiene mucho humor, también por ejemplo tiene un cuadro sobre violencia intrafamiliar que emociona mucho a las mujeres. Pero fundamentalmente las mujeres gozan de escuchar arriba del escenario lo que a veces está oculto, o lo que ellas no se atreven a expresar. Creo que por ahí se produce un vínculo súper fuerte entre las actrices y el público.
- ¿Cómo ves el escenario actual del teatro chileno?
- Algo digno de aplaudir yo encuentro, y me parece súper interesante, es la diversidad que hay en el teatro ahora. He ido mucho al teatro, a mirar a todos mis compañeros, mis compañeras, y me impresiona lo diverso. Muchas voces, muchos lenguajes distintos, desde lo minimalista, lo naturalista incluso, hasta expresionismo, cosas muy contemporáneas con mucha intervención audiovisual, cosas más callejeras. Es bonito eso, porque habla de un universo de teatristas que está mirando a futuro.
Quizás lo que no me gusta mucho es que el sistema que vivimos, no facilita la presencia de compañías, de comunidades creativas que permanecen en el tiempo. Creo profundamente en la comunidad teatral, que viaja junta y va desarrollando una respuesta a lo largo del tiempo, y va desarrollando un lenguaje, y va desarrollando metodologías. En general los chicos y chicas más jóvenes se juntan para un espectáculo y luego se separan, y eso hace que se refuerce la creación individual, o sea ese director o esa directora que convoca a un grupo, lo que instala un tipo de teatro. Lo otro también que me parece triste, es que en las compañías numerosas también la tendencia es a morir, entonces de algún modo hay una censura que hace el mercado de manera subliminal, que es que las compañías deciden empezar a hacer montajes con poca gente, con pocos personajes.