SANTIAGO.- 21:35 horas en punto y comenzaron a abrirse las cortinas rojas del enorme escenario dispuesto en el Movistar Arena. Tras ellas, sentado frente a su piano, estaba Charly García listo para comenzar su esperado espectáculo "La Torre de Tesla".
El show, que marcó su regreso tras seis años de ausencia en Chile, inició rápidamente y con todos los músicos desplegados para entonar "De mí" con una voz evidentemente deteriorada, pero con el ánimo y su espíritu artístico que lo caracteriza intactos.
Apoyado por Rosario Ortega, entonó de inmediato "La máquina de ser feliz" mientras el público gritaba y aplaudía con el entusiasmo de su presencia. En una de sus manos, mientras una luz enfocaba su puesto, dejó ver una muñequera con la bandera de Chile que acompañaba a sus largos dedos mientras tocaban el piano.
"Ahora empiezan las canciones un poco más picantes", anticipó al público antes de comenzar "Rivalidad". "Yendo de la cama al living" continuó el show mientras luces en tonos morados hacían juego en el escenario. "Olé olé olé Charly, Charly", comenzaron a corear sus fanáticos, entusiasmados pese a que muchos se tuvieron que conformar con verlo de espalda cubierto por el respaldo de su asiento.
"In the city that never sleeps", "Cerca de la revolución" y "King Kong" siguieron el espectáculo, mientras Charly se alternaba entre el piano, el teclado y el bajo, pero siempre sentado.
"Lluvia" y "Parte de la religión" sellaron el ambiente de agradecimiento del público con Charly por haber considerado a Chile en los que son sin duda sus últimos años sobre los escenarios.
Luego, "Cuchillos" dio el toque emotivo al espectáculo con un escenario en tonos rojos y con fotos de Charly junto a Mercedes Sosa pasando por la pantalla central.
40 minutos de show y el astro del rock ya se comenzaba a despedir con un "hasta la próxima". Ante la reacción del público, dijo "una más". "Canción de dos por tres" comenzó a sonar con una destacada voz de Rosario. Las luces se apagaron por completo ante la incertidumbre de si volvería o no. Solo unos segundos se dieron los músicos y siguieron con "El aguante".
"Rezo por vos" desató los gritos al unísono en la cúpula, lo que emocionó a varios asistentes que disfrutaron de uno de los clásicos más memorables de los casi cincuenta años de trayectoria de Charly. Nuevamente se despidió, se paró de su silla y apoyado por un asistente logró salir del escenario a paso lento. Las cortinas rojas se cerraron y aunque el público estaba inquieto e incrédulo, todo indicaba que esa era su canción final.
Por varios minutos los fanáticos lo llamaron gritando su nombre, nadie quiso dejar sus asientos y esperaron con paciencia que diera luces de seguir tocando. Poco más de cinco minutos de receso fueron suficientes para que las cortinas se volvieran a abrir y comenzara "Demoliendo hoteles" y "Nos siguen pegando abajo" con el público bailando y gozando hasta el último la presencia de Charly.
"El día que apagaron la luz", "I'm not in Love", "Asesíname", "Ojos de videotape" y "Total interferencia" cerraron el espectáculo.
En total, una hora y 25 minutos estuvo el transandino en el escenario, cumpliendo con las expectativas más realistas que sabían de la condición de su voz, pero que aun así valoraban su presencia por la calidad artística que construyó por largos años como referente del rock latino.