El colombiano J Balvin inició las protestas en redes sociales.
J Balvin / Captura Instagram
La Academia Latina de la Grabación defendió su actuación ante las crecientes quejas de artistas de la música urbana tras el anuncio este martes de las
nominaciones a los Latin Grammy, en las que
tuvieron menos presencia de la que muchos reggaetoneros consideran proporcional al éxito de sus canciones.
Con un comunicado oficial, la Academia Latina de la Grabación, con sede en Miami,
defendió la transparencia del proceso de votaciones, pero afirmó que
han escuchado "la frustración y el descontento" de los artistas latinos.
"
Respetamos y admiramos a todos los géneros que componen el mundo de la música latina. En 2004, la Academia Latina de la Grabación lideró la tarea de reconocer al reggaetón (música urbana) en varias categorías, adaptándose a la evolución de la música", señaló el texto.
La organización, creada en 1997 para mejorar la calidad de vida y la condición cultural de la música latina y sus creadores,
aseguró que siguen un "estricto proceso de votación desde hace 20 años" y que
las nominaciones a los Latin Grammy son fruto de este proceso.
"Los miembros de la Academia, por medio de sus votos, seleccionan el material que consideran merecedor de una nominación.
La Academia nunca ha influido en sus decisiones, y siempre se ha adherido y respetado sus selecciones, incluso cuando hay gente que no concuerda con los resultados", afirma.
Los españoles
Alejandro Sanz y Rosalía parten como favoritos para la vigésima edición de los Latin Grammy,
con ocho y cinco nominaciones, respectivamente, seguidos del dominicano Juan Luis Guerra (con su banda 4.40), el argentino Andrés Calamaro, el colombiano Fonseca y el peruano Tony Succar, todos cuatro.
Chile está representado por
Cami Gallardo -quien postula a obtener los premios a Mejor Nuevo Artista y Mejor Álbum Vocal Pop Tradicional por
Rosa (2018).-, y
Mon Laferte y Álex Andwandter, quienes comparten categoría en Mejor Álbum de Música Alternativa; ella por su disco
Norma (2018) y él por
Lationamericana (2018).
Así,
entre los más nominados a la considerada fiesta más importante de la música latina,
no hay ninguno de los grandes artistas urbanos, que
tampoco aparecen entre los candidatos a llevarse los premios más sonados como son el de canción, álbum y grabación del año.
La ola de protestas en las redes sociales la comenzó el astro colombiano J. Balvin, quien tiene dos nominaciones, con una poderosa imagen en la que salía el icónico gramófono de los Grammy tachado con una "X" roja y con el mensaje "Sin reggaetón no hay Latin Grammy".
Los principales exponentes del género se sumaron a J. Balvin y publicaron la imagen en sus cuentas y sumando sus propias palabras.
Tras conocer estas reacciones, la organización de los Latin Grammys extendió una
invitación "a los líderes de la comunidad urbana/reggaetonera a involucrarse con la Academia, participar en el proceso, y participar en debates que mejoren la Academia".
"En su más pura esencia, la Academia Latina de la Grabación pertenece a sus miembros, de todos los géneros, y
nuestras puertas siempre están abiertas. Juntos
podemos encontrar fórmulas ganadoras. Sumémonos todos a resolver de fondo esta situación", concluye el comunicado.
El presidente de la casa de discos puertorriqueña Pina Records, Rafael Antonio Pina Nieves, mánager también de Daddy Yankee y Natti Natascha, interpretó el comunicado como el reconocimiento de la Academia sobre la falta de miembros en su seno que aprecien el reggaetón.
"Entonces teníamos razón, desde el 2004 no se actualizan. Esa es la razón de nuestro llamado y el R E G G A E T O N alzó la voz. Tienen que aprender más sobre todos los géneros en la música urbana, no todos son iguales. No quieran disfrutar de los beneficios del género sin respetar nuestro arte!", escribió Pina en Instagram.
La entrega de la edición de 2019 de los Latin Grammy tendrá lugar el 14 de noviembre en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, y resta saber qué harán los productores de la gala, a cargo de la cadena Univision, para hacer un programa atractivo para la audiencia si el disgusto de los artistas urbanos se traduce en un boicot.