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Un "puente" entre culturas e idiomas: Chihuailaf, el primer mapuche en recibir el Premio Nacional de Literatura

Escribe en español y en mapudungún, y ha ayudado a traducir obras de Mistral y Neruda a su lengua ancestral. El poeta obtuvo el galardón en su tercera nominación.

01 de Septiembre de 2020 | 14:49 | Redactado por Consuelo Ferrer, Emol
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El poeta Elicura Chihuailaf.

Aton (archivo)
En Quecherewe, a 75 kilómetros al este de Temuco, nació en 1952 Elicura Chihuailaf. Creció ahí, rodeado de personas, bandurrias, esteros y bosques. Escuchaba cuentos en mapudungún de boca de su abuela y a los 15 años, cuando empezó su internado en la capital de la Región de La Araucanía, comenzó a escribir. Dice que lo hacía por nostalgia y no pensando en los libros. Hoy, Chihuailaf se convirtió en el primer escritor mapuche en obtener el Premio Nacional de Literatura.

Se trató de su tercera nominación al galardón por parte de la Universidad de La Frontera. En julio, el poeta decía a La Tercera que recibió la noticia de su postulación con mucha emoción. La tomaba como "una posibilidad de apertura de una ventana". "Obtener el premio sería eso: pensar que Chile comience a ser un país más justo, donde se abra una puerta a la conversación", dijo.

Chihuailaf es un obstetra que nunca ejerció. Después de estudiar en la U. de Concepción, resolvió dedicarse por completo a la laboral literaria y cultural. En sus libros, como "Recado confidencial a los chilenos"(1999) y "La vida es una nube azul" (2016) aborda su infancia caracterizada por la ruralidad y la cosmovisión mapuche. En su obra abundan los paisajes australes. Su nombre, ha dicho, significa "piedra transparente" y su apellido "neblina extendida sobre un lago".

Ha sido reconocido internacionalmente como un constructor de puentes entre las culturas chilena y mapuche, según recoge Memoria Chilena, las cuales dialogan en sus textos en los dos idiomas. Su escritura ha sido traducida a otros 20, incluyendo lenguas nativas como el guaraní y el creole. También ha participado en la traducción de obras de Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Víctor Jara a su lengua ancestral.

Recibió en 1994 el premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura por su poemario "De sueños azules y contrasueños" (1995). Ha sido jurado en instancias como el Premio Casa de Las Américas, categoría Literaturas Indígenas, e invitado a eventos como las Ferias Internacionales del Libro de Guadalajara, del Palacio de Minería y de La Habana.

Este año participaría en la bienal de Sidney, en Australia, pero la pandemia lo encontró en Madrid en marzo, después de realizar actividades literarias en Francia y España. Desde fines de mayo se encuentra en las afueras de Oviedo, rodeado de colinas y árboles. "Esto es como un extraño exilio. Con el tiempo uno comienza a añorar su territorio", dijo.

"Creo que obtener el Premio Nacional abriría la posibilidad de poner sobre la mesa nuestros conceptos", dijo también. "Es fundamental el diálogo con la naturaleza y que estemos convencidos de que la naturaleza es un ser vivo. Cuando entramos a un bosque podemos escuchar las voces de la naturaleza, y hay que entrar con respeto porque ella nos protege", apuntó.
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