"Bild mit Häusern" (1909) está avaluado en unos 20 millones de euros.
The New York Times
El ayuntamiento de Amsterdam entregó un cuadro del artista ruso Vasili Kandinsky, adquirido durante la ocupación nazi, a una familia judía, su propietaria original, seis meses después de haber accedido a devolver la pieza para poner fin a una disputa legal de casi una década con los herederos.
El propietario original, Robert Lewenstein, vendió en 1940 el cuadro "Bild mit Häusern" (1909) al Museo Stedelijk de Amsterdam, donde la pintura colgaba hasta ayer en su espacio de exposición permanente, pero que ya fue embalada y entregada a los herederos, según confirmó el municipio.
Los herederos decidirán a partir de ahora qué hacer con el cuadro, que antes de la Segunda Guerra Mundial formaba parte de la colección de arte de la familia Lewenstein y fue adquirido originalmente por su padre, Emanuel, casi dos décadas antes.
"Comienza un nuevo capítulo en la vida de la familia Lewenstein después de
años de búsqueda de justicia, dignidad y respeto", explicó el representante de la familia, James Palmer, sobre un
lienzo valorado en unos 20 millones de euros.
Mientras, el director del museo, Rein Wolfs, lamentó la entrega como "una despedida con melancolía", pero consideró que
su devolución marca "un momento importante en la política de restitución neerlandesa", en referencia al compromiso de Países Bajos de devolver el arte saqueado en la Segunda Guerra Mundial a los propietarios o sus herederos.
La pinacoteca adquirió el cuadro en una subasta por 160 florines, cuando los dueños lo había comprado en 1923 por 500 florines, uno de los detalles que los herederos usaron para argumentar que se trata de arte saqueado y que el cuadro
fue entregado por la familia judía presionada por las dificultades económicas que afrontaban debido a la persecución nazi.
En un principio, el Comité de Restituciones, que asesora sobre la devolución de las piezas de arte que cambió de manos durante la guerra, no consideró probado que la familia hubiera vendido el cuadro bajo coacción, ni que el museo hubiera actuado de mala fe al comprar la pintura, por lo que
recomendó a Amsterdam no devolver este Kandinsky a los herederos.
El comité también asumió como argumento de peso la importancia que tiene este cuadro para el museo, lo que recibió fuertes críticas y
llevó a los herederos a los tribunales para recuperar la pintura, pero la justicia neerlandesa también consideró el pasado diciembre que debería permanecer en manos de la pinacoteca por "su importante valor histórico en el arte".
Sin embargo, y de forma repentina, la alcaldesa de Amsterdam, Femke Halsema, decidió poner fin a la larga disputa con los herederos de los propietarios originales y optó por no esperar el resultado de una reevaluación por parte del Comité, que ahora tiene nuevas directrices que instan a dejar en un segundo plano el interés de los museos, y anteponer la necesidad de hacer justicia.
"En vista del largo período de tiempo y la importancia de reparar una injusticia, devolveremos el cuadro sin una nueva intervención del Comité de Restituciones", escribió Halsema en una carta el pasado agosto.