Siguiendo la línea de los museos dedicados a las víctimas del holocausto o de las distintas dictaduras alrededor del planeta, hace unos meses fue inaugurado, en Washington, el primer "Museo de las Víctimas del Comunismo", que busca rememorar a las personas que fueron asesinadas por los regímenes comunistas en el mundo.
Más de 100 millonesson las víctimas de regimenes comunistas, según fundación
El museo, el primero en su tipo, se encuentra emplazado en McPherson Square, en el corazón de la capital estadounidense y a la vista de la Casa Blanca.
Fue levantado por la Fundación Víctimas del Comunismo –creada por una ley del Congreso estadounidense en 1993–. La entidad sostiene que fueron "más de 100 millones las personas asesinadas por los regímenes comunistas", incluyendo ejecuciones y hambrunas intencionales. "Más de 100 millones de muertos por los regímenes comunistas", se lee en una pared, sobre imágenes de la primavera de Praga y otras de China y Cuba.
Según explica a ABC Andrew Bremberg, el presidente de la fundación y ex representante de Estados Unidos ante Naciones Unidas en Ginebra, esa cifra resulta de la suma del exterminio de regimenes como el soviético o el chino, entre otros, y no es definitiva, pues todavía hay cinco dictaduras comunistas activas en el mundo, incluyendo Corea del Norte.
Simpatía por el comunismo en jóvenes de la Generación Z en EE.UU.
Desde esa fundación –que también se dedica a la investigación y educación y que , previamente, había construido un memorial a las víctimas del comunismo cerca del Capitolio– enfatizan en la urgencia de reforzar este mensaje, ya que las encuestas están mostrando una mayor aceptación de las ideas comunistas entre los jóvenes de ese país.
"A partir del colapso de la URSS en 1991, la gente comenzó a olvidar rápidamente el legado del comunismo y la influencia que tenía sobre millones de personas en todo el mundo"
Lee Edwards, Fundación Víctimas del Comunismo
Un sondeo de 2020 –encargado por la fundación y realizado por YouGov–, muestra gran aumento en el apoyo al socialismo y comunismo en el último año, en particular en personas de entre 16 y 39 años. Esto es más fuerte dentro de la Generación Z (de 16 a 23 años), donde subió casi diez puntos: del 40% en 2019 a 49% en 2020.
"El problema es que hoy en día muchos jóvenes simplemente no tienen idea de quién fue Joseph Stalin o quién fue Mao Zedong, y fueron los mayores asesinos en masa del siglo XX", afirma Andrew Bremberg en una entrevista con "The Washington Times". Por eso, dice que "es imperativo que enseñemos a los estadounidenses sobre las víctimas, los fracasos y los agujeros del comunismo, porque lo rechazan tan pronto como aprenden algo al respecto".
La apertura del museo se da, además, en un momento en que un número creciente de estados han promulgado leyes que instan a las escuelas públicas a enseñar sobre los "males del comunismo", en lo que también colabora la fundación, que ha desarrollado un plan de estudios sobre el tema.
"Cada vez más personas se están dando cuenta de que la experiencia del comunismo realmente no ha recibido mucha atención, especialmente aquí en los Estados Unidos, que necesita educar a nuestra ciudadanía al respecto y un museo es una excelente manera de hacer eso", afirma.
En esa misma línea, Lee Edwards, cofundador de la fundación, comenta que "a partir del colapso de la Unión Soviética en 1991, la gente comenzó a olvidar rápidamente el legado del comunismo y la influencia que tenía sobre millones de personas en todo el mundo". "Los partidos gobernantes comunistas todavía controlan una quinta parte de la población mundial y abrimos este museo para que sirva tanto como un monumento a los que murieron a causa de él como un faro de esperanza para los que se resisten", sostiene.
"A través de nuestros esfuerzos, nos esforzaremos por lograr un mundo libre de la falsa esperanza del comunismo y para reforzar y promover los valores de la libertad individual, una economía libre, el estado de derecho, el autogobierno democrático y los derechos humanos", asegura.
Desde la revolución bolchevique al genocidio de los uigures en China
Según señala "The Wall Street Journal", el museo tuvo un costo de 40 millones de dólares y fue financiado por donantes privados y obsequios de los gobiernos de Hungría, Polonia, Estonia, Lituania y Letonia.
El museo, que es sin fines de lucro, se emplaza en una mansión de dos pisos ubicada en McPherson Squar y tiene cerca de 3 mil metros cuadrados.
Cuenta con tres galerías principales y permanentes, ubicadas en el primer piso, que guían al visitante a través de la historia del comunismo, además de salas para exposiciones temporales, conferencias y eventos. Los visitantes también pueden ver documentales y participar en exhibiciones interactivas de las historias de víctimas y sobrevivientes.
En las exposiciones se ven imágenes de hechos históricos, como las deportaciones masivas y limpiezas étnico-religiosas tras la revolución bolchevique, las víctimas de la Revolución Cultural de Mao Zedong, y la matanza en la plaza de Tiananmen, entre otras; así como de otros sucesos más recientes, como los trabajos forzados en Corea del Norte y el genocidio de los uigures en China.
"Este museo ofrece una lección de historia breve e impactante sobre brutalidad y engaño", afirma "The Wall Street Journal", que lo define como "un recordatorio rojo" sobre "la ideología más asesina de los tiempos modernos".