Una amplia repercusión en redes sociales han tenido dos columnas que publicó la escritora argentina Leila Guerriero, donde cuenta que sus hermanos convirtieron a su padre en una especie de "anticábala" durante los partidos de la selección argentina en el Mundial de Qatar.
"A la hora del partido, un hombre salió a caminar con sus perras, a pleno sol, porque sus dos hijos todavía creen que él puede cambiar el mundo. Eso es un padre. Alguien que no duda en cumplir, en nombre de un amor que jamás confesará, la absurda extravagancia"
Leila Guerrero, escritora argentina
La primera columna –titulada "La Anticábala"– la escribió días después del encuentro entre Argentina y Países Bajos y fue publicada en el diario "El País" el 14 de diciembre, jornada en que la albiceleste enfrentaba a Croacia por semifinales.
En el texto, la periodista cuenta que "mis dos hermanos transformaron a mi padre en la anticábala" y "le prohibieron mirar los partidos de la selección". "Es su aporte supersticioso para que la Argentina gane. A mi padre no le interesa el fútbol, de modo que no verlo no le molesta", explica.
Relata que todo comenzó a raíz de un episodio particular: "Cuando la selección argentina enfrentó a Países Bajos, él estaba mirando 'El Padrino II' en Netflix. En un momento, porque no salían los subtítulos, manipuló el control remoto –es ingeniero químico, pero no entiende ese aparato–, salió de Netflix sin querer y el partido se presentó de súbito ante sus ojos. En ese minuto, Países Bajos hizo su segundo gol. Uno de mis hermanos apareció como una tromba, seguro de que el desastre era consecuencia de que mi padre estaba mirando el encuentro. Y, en efecto, estaba. Así que, para evitar problemas, lo echó: Lo mandó a caminar al parque".
"Y ese hombre que se escapó de su casa para ir a buscar oro a Brasil a los 17, que nos dice conocer la Argentina en un vehículo cargado de armas en plena dictadura, que aguantó la agonía de mi madre absorbiendo el horror para que no lo tragáramos nosotros, subió a las perras a su camioneta y se fue (...) Estuvo caminando bajo el sol –hacían cuarenta grados– hasta agotarse. Pero logró que ganaran", afirma la escritora.
Como la columna la debió entregar antes de conocer el resultado entre Argentina y Croacia, afirma que "ésta es mi única certeza: ayer martes, a la hora del partido (por semifinales), un hombre salió a caminar con sus perras, a pleno sol, porque sus dos hijos todavía creen que él puede cambiar el mundo. Eso es un padre. Alguien que no duda en cumplir, en nombre de un amor que jamás confesará, la absurda extravagancia".
"Por favor, pendientes con el papá de Leila Guerrero"
El texto fue ampliamente difundido y comentado en redes sociales, donde muchos destacaron su emotividad. "Maravilloso texto de Leila Guerrero... Paternidad, fútbol, fe, amor...", "Hermosa crónica del fútbol y la paternidad", "De esto se trata el mundial: de las historias que ocurren a su alrededor. Un texto tan breve como bello de Leila Guerrero. Les va a sacar una lagrimita, pero les apapachará el corazón", fueron algunos de los comentarios que se publicaron en Twitter.
Pero también hubo quienes bromearon con el asunto y, quizás para distender el nerviosismo mientras se jugaba la infartante final entre Argentina y Francia, se preguntaban dónde estaría en ese momento el papá de Leila Guerriero.
"Pensando en el papá de Leila Guerrero. Espero que no haga mucho calor", "El padre de Leila Guerrero ha puesto sin querer el partido", "El papá de Leila Guerrero volvió a casa antes de tiempo", "Por favor, pendientes con el papá de Leila Guerrero", tuitearon distintas personas.
La escritora resolvió la duda en una nueva columna –llamada "Mi padre camina por el parque"–, que se publicó este lunes en el mismo medio, donde cuenta que ayer, cuando Argentina jugó la final de la Copa del Mundo contra Francia, su padre "hizo lo que había que hacer para continuar con la cábala absurda que le había sido impuesta: salir a caminar con sus perras por el parque durante el transcurso del partido".
"Caminó por el parque, permaneciendo en su rol de demiurgo majestuoso, concentrado en una sola idea: atraer la suerte, doblarle el pulso al destino, violentarlo, ganar. Supo de los goles propios por los gritos que llegaban desde la ciudad. Pensó que todo estaba en orden. Pero otra vez, como durante el partido con Países Bajos, las cosas empezaron a ponerse feas y llegaron dos goles de Francia. Se la vio venir, se dijo que no se iba a quedar dando vueltas hasta cualquier hora, y se fue a hacer la siesta", cuenta.
Así que, mientras los argentinos sufrían con el tiempo adicional y la tanda de penales, él dormía. Cuando se pateó el penal de la victoria, su hija lo llamó por teléfono. Así describe ese momento: "Todavía estaba durmiendo. No entendió qué pasaba. Cuando le conté –'Campeones!'– se rio y me dijo: 'Ah, qué bien. Oime: ¿para Navidad te parece que hagamos pollo relleno?' Ése es mi padre. Un hombre que se aboca a cambiar el mundo mientras duerme la siesta y que, al despertar, se preocupa por el pollo relleno".