Fueron más de cuatro horas de show que tuvo de todo: circo, rock, funk, soul, energía y hasta un coro de góspel. Con esos elementos, Chancho en Piedra brindó su penúltimo concierto de la gira con la que se despiden tras 29 años de una exitosa carrera.
A pocos minutos de que comenzara el espectáculo, el Movistar Arena empezó a llenarse de "marranos" -nombre con el que se autodefinen los fanáticos-. Bajo el son de los primeros "Viva Chile y los Chancho en Piedra", se asomaron miles de "Juanitos", cada uno con el diseño y vestuario que su propio dueño imprimió. Una muestra del arte que buscó plasmar el grupo oriundo de La Cisterna a lo largo de su trayectoria.
La primera hora de concierto fue dedicado a los fanáticos más experimentados con "Hacia el ovusol", "Cóndor", "Funky tu madre" y "Moscardón", clásicos de los Chancho en Piedra, pero también con sencillos más recientes como "Bola de fuego", lanzado en 2019.
Dimensionar la popularidad de la banda no es tarea compleja. Un ejemplo de ello ha sido su gira de despedida, con la que han viajado desde Arica hasta Punta Arenas mediante presentaciones repletas de personas, además de dos Movistar Arena, uno de ellos agotándose en cosa de horas una vez anunciado.
Es que Chancho en Piedra representa la idiosincrasia del chileno gracias a la "profesionalización del hueveo"(sic), como una vez dijo Lalo Ibeas en un programa de televisión. Temas como "Volantín", "Eligiendo una eina", "Locura Espacial", "Discojapi" o "Huevos revueltos", ya están tallados en piedra en los anales de la música criolla.
Para la segunda hora de show, la tarima se transformó en un circo. Payasos, acróbatas, magos y bailarines acompañaron a la banda que entonó temas más rebuscados de su setlist como "Oshcokota", "Paquidermo", "Comiendo plátanos"; pero también éxitos como "El Impostor", "Cirilo Murruchuca", "La vida del oso" y "Multirricachón".
Uno de los momentos más emotivos de la noche la entregó Felipe Ilabaca al mencionar a su hermano y fundador de Chancho en Piedra, Pablo Ilabaca, que decidió apartarse de la banda en 2018 para dedicarse a sus proyectos personales, entre ellos, 31 Minutos. Su lugar lo tomó C-Funk, guitarrista de Los Tetas, banda hermana con la que dieron vida a la escena funk chilena a mediado de los '90.
Tras un breve interludio, el concierto afrontó su tercera y cuarta hora, donde destacó Toño Corvalán y un extenso solo de batería que culminó con la ovación de los presentes. Asimismo, el tecladista que acompaña a la banda introdujo con un solo los temas "Mampato", "Sólo contra el Mundo" y uno de las canciones más esperadas de la noche, "Historias de Amor y Condón".
Como guinda de la torta, la banda invitó a la agrupación "Gospel Chile", para cerrar una noche a lo grande, como fueron sus casi tres décadas de trayectoria.
El próximo domingo, Chancho en Piedra realizará su último concierto en el mismo reducto. Se esperan grandes invitados y sorpresas, como ellos mismo lo han anunciado. Todo para bajar el telón, por ahora, de manera indefinida.