Entre los numerosos palacios y castillos que se aprecian en Viña del Mar, hay uno que llama especialmente la atención de los turistas. Uno construido al lado del mar sobre unos roqueríos, con un puente estilo medieval que da hacia una torre.
Es el Castillo Wulff, declarado monumento histórico en 1995, y que ahora la Municipalidad viñamarina decidió intervenir para intentar restaurarlo y recuperarlo.
Para esto, el municipio abrió un llamado a licitación pública para una consultoría de diseño del proyecto de restauración, por un monto de $307 millones, proveniente de un programa de revitalización de infraestructura patrimonial emblemática de la Subdere. La consultoría deberá desarrollar el proyecto de arquitectura y refuerzo estructural de la construcción.
"A la inauguración del Museo Palacio Vergara, el impulso al Palacio Rioja y la próxima reapertura del Teatro Municipal, hemos sumado el objetivo de intervenir el icónico Castillo Wulff, poniendo en valor su importancia como referencia turística de la ciudad", explicó la alcaldesa, Macarena Ripamonti, quien comentó que "esperamos avanzar rápidamente con esta etapa y comenzar su restauración".
Crédito: El Mercurio
Requirió una autorización especial para levantarse a la orilla del mar
El Castillo Wulff se levanta a la orilla del mar, entre la desembocadura del Estero Marga-Marga y el balneario Caleta Abarca, en Viña del Mar.
Fue construido en 1906 por iniciativa Gustavo Adolfo Wülff Mowle, un hombre de negocios y filántropo alemán radicado en Chile, que tuvo la idea de vivir en una casa emplazada sobre un roquerío, inspirada en una antiquísima mansión de Liechtenstein.
Para concretar esta extravagante idea, debió solicitar un permiso especial al Estado de Chile para poder edificar a la orilla del mar, el que le fue concedido en 1904. La construcción, de dos pisos y de estilo alemán y francés, se realizó durante los años 1905 y 1906. Al comienzo, era una estructura de piedra recubierta con madera, que contaba con una sola torre.
Según consiga el Consejo de Monumentos Nacional (CMN), años más tarde, Wülff le encargó al arquitecto Alberto Cruz Montt transformarlo en castillo. Para esto, se reemplazó la madera por piedra y se levantó una segunda torre, dándole un aire medieval.
En 1920 se agregó el torreón circular característico del edificio, que está sobre una roca y se conecta con la estructura principal por un puente. También se le agregó el piso transparente que permite ver los requeríos y el mar.
Gustavo Wülff ocupó el castillo hasta su muerte, en 1946. Tras esto, fue heredado a doña Esperanza Artaza Matta, quien modificó el castillo quitándole dos de sus tres torres y ampliando su entrada principal.
En 1960 lo vendió a la Municipalidad de Viña del Mar. Ese mismo año la Armada lo solicitó para que allí funcionara el Museo Naval y Marítimo. Así fue hasta 1984, cuando la institución decidió trasladar el museo al antiguo edificio de la Escuela Naval en Playa Ancha.
El Castillo Wülff quedó desocupado hasta 1989, cuando fue entregado en comodato por 15 años para la instalación del Museo de la Cultura del Mar, dependiente de la Dibam.
En 2001 volvió a manos de la Municipalidad de Viña del Mar, que instaló allí diversas dependencias y oficinas municipales. Desde el 2005 en adelante ha sido sede de la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Viña del Mar, y al mismo tiempo un centro de exposiciones.
Por su valor arquitectónico, histórico, cultural y por su identificación con Viña del Mar, que hacían necesaria su protección, se declaró monumento histórico el 20 de septiembre de 1995.
Crédito: El Mercurio
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