Con una trayectoria que supera el medio siglo, Inti Illimani ha construido un sonido propio y fácilmente identificable gracias a un cancionero repleto de temas que son pilares de la música nacional.
"Alturas", "Malagueña", "El Pueblo Unido Jamás Será Vencido", versiones de canciones de Violeta Parra y Víctor Jara son parte de su tradicional repertorio.
En la actualidad, Inti Illimani promociona a través de una gira su disco
Aguas, un trabajo realizado junto al artista italiano Giulio Wilson y el que consideran algo distinto "a lo que normalmente hacemos",
como reconoció en conversación con Emol Jorge Coulón.
Es el propio Coulón quien contesta el teléfono para conversar con Emol y se abre a dialogar más allá del trabajo musical para reflexionar sobre el presente. Con
Aguas buscan generar conciencia, desde una perspectiva ecológica, pero también valórica.
- ¿Cómo ha sido la recepción del nuevo disco en esta gira que han realizado por Europa, por distintos países de Sudamérica, por Chile?
"La recepción ha sido muy buena, cosa que nos alegra mucho porque para nosotros era un desafío. De alguna manera, la colaboración con Giulio Wilson ha sido salir un poco de lo que normalmente hacemos. Teníamos esta curiosidad porque los públicos a veces son muy conservadores, pero la respuesta ha sido extraordinaria, muy buena".
- En este álbum tocan distintos aspectos, como el calentamiento global, los trastornos climáticos, la sustentabilidad. ¿Qué los inspiró para poder hablar de estos temas?
"Hace tiempo que estábamos pensando hacer un festival, un concierto internacional sobre los temas del agua. En eso andábamos averiguando y viendo apoyos como para hacerlo cuando salió la posibilidad con Julio de hacer un trabajo juntos y decidimos hacerlo en torno al tema del agua, en sentido amplio, no solamente lo ecológico sino también el ambiente que reina entre los seres humanos. Sí, la cuestión ecológica es muy grave y es una preocupación, pero relacionarla también con el ambiente en el cual estamos viviendo entre nosotros".
- ¿Buscan generar conciencia?
"En general nosotros nunca hemos visto el arte como una cuestión de propaganda, pero el arte sin duda, y lo ha hecho siempre, tiene el derecho a tocar esos temas, a provocar de alguna manera reacciones".
- También hablaban sobre un compromiso social y la recuperación de los valores humanos de base. ¿Ustedes sienten que se perdieron estos valores?
"Yo creo que los valores humanos, las conquistas del ser humano en valores no se pierden, pero hay épocas en las cuales pasan al segundo plano. Desgraciadamente tiene que haber situaciones críticas y trágicas para que la gente recuerde que esos valores existen o que están en el fondo de su conciencia o de su cultura. Dependen de los periodos de la historia, estos valores adquieren.
En Chile mismo, durante la dictadura y los años inmediatamente posteriores, el valor de los derechos humanos era central. Después en las estadísticas empiezan a aparecer otras cosas primero y a producirse de alguna manera la deshumanización. Tanto que hoy día, en un país que es bastante seguro como Chile, lo primero en la lista es la seguridad, la inmigración, todos fenómenos humanos que no necesariamente deberían preocuparnos o no deberían ser nuestras principales preocupaciones".
- Estamos viviendo una sociedad súper crispada, violenta, susceptible a molestarse ¿Está dentro de estos valores que están haciendo falta hoy?
"Yo creo que sí, porque mucha de esta crispación no tiene que ver con hechos reales. O sea, no cabe duda que la seguridad es necesaria, no cabe duda que la inmigración y la emigración es un problema complicado, pero llevarlo a ser nuestra principal preocupación y sobre todo llevar a buscar soluciones, soluciones violentas o represivas o inhumanas directamente, es evidentemente una pérdida de la brújula".
- ¿Cuáles son las cosas que realmente deberíamos preocuparnos?
"Yo creo que nuestro principal valor debe ser aprender a vivir en sociedad. No sabemos vivir en sociedad y las soluciones que buscamos para vivir en sociedad no llevan a ninguna solución, y cuando no llevan a solución hay que experimentar otras cosas. En ese sentido, la justicia, la igualdad de oportunidades, todo lo que tanto se habla que las palabras tienen hasta significado".
- ¿Y usted cree que los temas que hoy importan son banales?
"Yo no creo que los temas que están en la preocupación sean banales, lo que pasa es que yo creo que no están en la prioridad con que se nos presentan. Y más aún, si nosotros nos preocupáramos más de lo que es la vida en sociedad, muchos de esos problemas se verían reducidos drásticamente. Pero el problema es la preponderancia del interés personal. Somos una sociedad muy pagana y si hay un dios es el dinero, el enriquecimiento. Una de las metas que tú le preguntas a cualquier persona es ser rico. Y a mí me parece una meta bastante triste. La acumulación de dinero y de poder, en función sobre todo de que nada se crea, todo se transforma, la riqueza de unos pocos significa la pobreza de muchos, no solamente culturalmente".
- ¿La sociedad chilena se ha vuelto individualista?
"Yo creo que Chile sí se ha ido volviendo individualista, pero a costo de un sentimiento de culpa tremenda. Entonces no es una sociedad que en el individualismo viva feliz, por todo lo contrario. Se va siendo más agresiva, se va siendo más ingrata, se va siendo más dura la convivencia, la reacción de la gente. Nos hemos ido transformando en una sociedad individualista, pero de manera muy innatural. No está en nuestra cultura".
- En otro tema, ¿cómo se sienten ustedes con respecto a este boom que ha tenido el género urbano chileno? ¿Se sienten cómodos?
"Creo que en el género urbano la música está muy ausente, pero sin embargo hay contenido poético que a mí me parecen interesantes. Trato de escucharlo y creo que hay un reflejo bastante fuerte de la ausencia de algunos valores, que a mí me gustaría que estuvieran. Está muy presente el tema de exhibir oro, cadenas de oro y todo. Incluso en los textos, la referencia permanente a un sexo ni siquiera poético, sino un sexo más bien animalesco. Reflejan también los valores que la sociedad está entregando, el mundo en el que viven.
Es como si en lo material estuviera la posibilidad de ser felices, como que en lo material estuviera el éxito. Pero también hay ahí, y yo lo escucho mucho en el metro, cuando suben estos muchachos raperos o que hacen música urbana, y hay un lamento tremendo de la condición, de la falta de oportunidades, de verse como despreciados, de verse como no tomados en cuenta, y ahí hay una verdad profunda que hay que entender".
