El mundo de la literatura lamentó de forma transversal el
fallecimiento del novelista estadounidense Paul Auster. El escritor murió
a los 77 años producto de un cáncer de pulmón que fue dado a conocer en marzo de 2023 por
su esposa, la también novelista y conferencista Siri Hustvedt.
Fue precisamente ella quien este jueves
lamentó en su cuenta de Instagram, que la noticia de la muerte del autor de obras como "Trilogía de Nueva York" o "La invención de la soledad"
se filtrara a los medios antes de que sus cercanos pudieran "asimilar" la "dolorosa pérdida".
"Fui ingenua, pero
había imaginado que sería yo quien anunciaría la muerte de mi marido Paul Auster", comienza la publicación de Hustvedt, quien detalla que
el novelista murió en la biblioteca de su casa en Brooklyn, "una habitación que amaba",
acompañado de su familia alrededor de las 18:58 horas del 30 de abril de 2024.
Sin embargo, Hustvedt destaca que
"antes de que sacaran su cuerpo de nuestra casa,
la noticia de su muerte ya circulaba en los medios y se habían publicado obituarios. Ni yo, ni nuestra hija Sophie, ni nuestro yerno Spencer, ni mis hermanas (...) tuvimos tiempo para asimilar nuestra dolorosa pérdida".
"Ninguno de nosotros pudo llamar o enviar correos electrónicos a nuestras personas queridas (...)
Nos robaron esa dignidad. No conozco la historia completa de cómo sucedió, pero sé esto:
está mal", enfatiza Hustvedt.
"No olvidemos que los seres humanos están detrás de nuestros inventos técnicos y redes sociales, que los defectos nos pertenecen a nosotros, no a las máquinas, por mucho que la tecnología ayude a la simplificación.
Una máquina no gritó la noticia de la muerte de Paul antes de que yo o nuestra hija hubiéramos dicho una palabra al respecto.
Una persona, varias personas, hicieron eso", destaca.
La publicación de Siri Hustvedt en Instagram. Crédito: Siri Hustvedt / Captura Instagram.
La ahora viuda de Paul Auster también revela algunos
detalles de la enfermedad que finalmente le provocó la muerte.
"Nunca abandonó Cancerlandia", dice y agrega que aunque su médico le ofreció quimioterapia paliativa, él se negó y
pidió ser cuidado en su casa.
"Paul ya había tenido suficiente. Pero
nunca, ni con palabras ni con gestos, dio muestras de autocompasión. Su coraje estoico y su humor hasta el final de su vida, son un ejemplo para mí", añade.
Respecto a la obra de Auster, Siri Hustvedt recuerda que fue traducido a más de 40 idiomas -"hace años perdimos la cuenta exacta", afirma-, y resalta que "es querido en América, Europa, Medio Oriente, Japón, Corea (...)
Su escritura cruza fronteras".
Asimismo, Hustvedt reconoce
haber "reído a carcajadas" del estereotipo que los medios estadounidense y de otros países
hicieron de su marido, a quien calificaban de "escritor frío, inteligente, posmoderno e intelectual".
"
Esta caricatura fabricada es tan ajena tanto a la persona como a los escritos que he conocido íntimamente durante 43 años (...) Sólo puedo decir que
escribió desde lo más profundo del sentimiento, desde los espacios oníricos donde nacen, se desarrollan y terminan los grandes libros", sostiene.
Y finaliza: "
Paul era, ante todo, un narrador de historias. Escribió muchas historias, tanto ficticias como reales, pero
también le encantaba contarlas, y a veces me divertía cuando nos sentábamos juntos en el consultorio de un médico tras otro en estos últimos dos años, y lo veía terminar en modo narrador, volviendo a preparar el escenario y luego avanzando con la fascinante historia de su propia enfermedad. Yo, por el contrario, recitaba preguntas concisas sobre procesos biológicos que necesitaban aclaración. Muchas veces, como esperaba, los médicos no tenían respuestas".
