Tras su muerte y durante estos 60 años,
la casa ha ido pasando de propietario en propietario, con las
pertinentes modificaciones, pero siempre conservando su esencia. Sin embargo, ahora unos
multimillonarios compraron el inmueble y pretenden demolerlo.
Nadie parece poder frenarlos, ni siquiera la ciudad. Porque ahora
demandaron a Los Ángeles para poder echarla abajo y hacer con el terreno lo que quieran.
La acción judicial tuvo lugar el lunes 6 de mayo, pero recientemente se pudieron conocer los términos. Quien la interpuso, fue el matrimonio formado por la
multimillonaria Brinah Milstein y el productor Roy Bank. Fueron ellos quienes, el pasado mes de
agosto, se hicieron con la casa de Monroe en la villa californiana por unos
8,35 millones de dólares.
La conocían bien: viven en la mansión vecina. Desde el principio su intención fue demolerla, ya que según se conoce,
pretenden construir una nueva vivienda y expandir su propiedad.
La noticia generó un inmenso
malestar en la ciudad, que ya ha perdido muchos de sus edificios más importantes por falta de conservación y cuidados. Sin embargo, en septiembre, fue nominada por el Departamento de Planificación Ciudadana de Los Ángeles para que entrara en la lista de
Monumentos Histórico-Cultural (HCM, por sus siglas en inglés) de la ciudad junto a otros 1.200 lugares protegidos, lo que
paralizó la demolición.
Estos meses han seguido dando pasos en la protección de la propiedad, y en marzo se aprobó que el Ayuntamiento votara su designación como HCM. Pero quizá los esfuerzos sean insuficientes.
En su demanda,
Milstein y Bank argumentan que la casa, que ha tenido
14 propietarios en estas seis décadas sin Monroe, ha sufrido
montones de cambios importantes y que se concedieron hasta una docena de permisos para sus remodelaciones, tal y como recoge Los Angeles Times, que tuvo acceso a los documentos judiciales.
Según la pareja, los
responsables de la ciudad actuaron de manera inconstitucional y acusa a las administraciones de planear "
maquinaciones encubiertas" para conservar un sitio que, según
su criterio, no merece considerarse un monumento.
Los nuevos dueños, incluso, llegan a poner en duda que la actriz viviera en el inmueble. "
No hay un solo elemento de la casa que incluya una
prueba física de que Marilyn Monroe pasó un solo día en ella, ni un solo mueble, ni un trozo de pintura descascarillada, ni una alfombra, nada", se lee en la denuncia.
Miembros de la Brentwood Homeowners Association, una asociación local de
vecinos, explicaron en agosto a El País que se sentían
"muy tristes" por esta amenaza, pero que
no tenían "potestad ni jurisdicción para interceder". Sin embargo, la polémica parece inacabable: hace pocas semanas se supo que el matrimonio formado por el actor
Chris Pratt y la escritora Katherine Schwarzenegger derribó una casa de 1950 en el mismo barrio para c
onstruirse una mansión.
La
Casa Zimmerman, diseñada por el arquitecto estadounidense Craig Ellwood y con paisajismo de Garrett Eckbo, considerado uno de los pioneros de los jardines modernos,
es hoy escombros.
Lo mismo podría ocurrir con la casa de Marilyn Monroe, que le costó en ese entonces
75 mil dólares, pero ahora es valorada por una cantidad de dinero mucho mayor.